Este año ha llovido la mitad que el anterior, con una escasez de precipitaciones especialmente significativa entre marzo y octubre
01 nov 2015 . Actualizado a las 13:35 h.El clima gallego no entiende de estaciones, o al menos no entendía hasta este año. Las lluvias son, por lo general, cuantiosas en invierno, primavera, otoño y hasta verano. Medio año sin apenas precipitaciones era algo impensable hasta que llegó el 2015. Un año, que aunque aún no ha terminado, presenta un déficit hídrico importante con respecto al 2014. Ha llovido la mitad que el año anterior. En el mismo período del ejercicio pasado los pluviómetros que MeteoGalicia tiene en Santiago recogieron 1.474,31 litros por metro cuadrado. En el 2015, la cifra se ha quedado en 876,1. Un descenso de motivado fundamentalmente por dos estaciones muy secas. Seis meses sin apenas precipitaciones.
Desde marzo y hasta octubre se recogieron el 43% de las lluvias de lo que va de año. Es decir, 382 de los 876 litros. Una cifra que se eleva sobre todo por culpa de agosto, que para ser el mes estrella del verano, absorbió él solo 133,2 litros por metro cuadrado, según el dato recogido en la estación de Santiago de Compostela.
El resto de los meses de la primavera y el verano, incluido todo septiembre, fueron secos o muy secos. Sin duda fueron junio y julio los períodos con menos precipitaciones.
El mes más lluvioso de lo que va del 2015, a dos meses de que termine, ha sido octubre, aunque también ha sido especialmente cálido. Hechos que algunos meteorólogos achacan a los efectos de El Niño, que este año se prevé que alcance una intensidad inusual.
Para encontrar un mes similar en precipitaciones hay que remontarse a enero o agosto, según la zona de Galicia. En la capital gallega, después de octubre, enero fue el mes con más lluvias. Sin embargo, en A Coruña fue agosto, aunque situándose prácticamente muy cerca de febrero -102 litros por metro cuadrado en octubre, 67,4 en agosto y 65,4 en febrero-.
Primavera y verano, secos
A la espera de como resulte el otoño, al que la predicción estacional vaticina como húmedo y cálido, Galicia ha encadenado un invierno que, a diferencia del anterior, no ha estado marcado por muchas lluvias, una primavera muy seca y un verano que, pese a agosto, también ha presentado un déficit hídrico importante.
A mediados de julio, la Xunta se vio obligada a activar la prealerta por sequía después de casi tres meses sin apenas lluvia. Esta carencia de agua se vio suplida, solo en algunas zonas, especialmente en la provincia de A Coruña, con las precipitaciones de agosto. Septiembre, pese a recibir una ciclogénesis explosiva, en conjunto también fue un mes poco pasado por agua. El año hidrológico se contabiliza de octubre a octubre, por lo que el balance del 2014-15 no incluye las lluvias de este pasado mes. Los datos de la Aemet revelaron que el año hidrológico que termina ha tenido un 7 % menos de lluvias de lo habitual. Aun así, el estado de los embalses gallegos se encuentra prácticamente en los mismos niveles que hace un año.