La Xunta prevé que el Gaiás le generará en el 2016 un agujero de 4,6 millones

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Los presupuestos para las fundaciones
La Voz

El complejo cultural sigue siendo un sumidero de recursos públicos y recibirá 12,9 millones en las cuentas del 2016

22 oct 2015 . Actualizado a las 09:07 h.

El Gobierno gallego sostendrá durante el próximo año a 20 fundaciones de carácter público con un presupuesto entre todas ellas de casi cien millones de euros y que acumulan una deuda de 20,6, tal y como consta en el proyecto de presupuestos remitido esta semana por la Xunta al Parlamento. La que gestiona el controvertido complejo de la Ciudad de la Cultura, símbolo de los excesos de los tiempos de vacas gordas, cerrará el próximo ejercicio con una deuda a corto y largo plazo de algo más de dos millones de euros, según las previsiones que se reflejan en las cuentas. Esto significa que en dos años la habrá reducido casi un 33 %.

Pero en los estados contables de la fundación que gestiona el Gaiás hay otras variables que ilustran de forma inequívoca cómo el complejo se ha convertido en un sumidero de recursos públicos, aunque la Xunta haya tratado de contrarrestar la hemorragia a lo largo de los últimos años. Según la cuenta de pérdidas y ganancias que se recoge en el proyecto de Orzamentos, el Gaiás cerró el 2014 con unos números rojos de 26,4 millones de euros, cifra que se situará en los 4,6 millones el próximo ejercicio. No se trataría de pérdidas en la acepción empresarial, sino de déficit al final de ejercicio, un agujero que luego la Xunta se encarga de tapar mediante las correspondientes transferencias de capital. Los presupuestos reservan para el año que viene 12,9 millones para el complejo del Gaiás, lo que supone un incremento del 31,4 %

El mapa de fundaciones públicas que viven alimentadas del erario autonómico muestra, en una parte, la herencia de los tiempos de holgura y despilfarro, proyectos que han sobrevivido incluso a los duros ajustes en la reasignación de los recursos que ha impuesto la crisis más larga desde la democracia.

Por ejemplo, también de los presupuestos de Cultura, dependen otras dos fundaciones: la Camilo José Cela, envuelta en una polémica gestión, y la Rof Codina, y que manejarán en el 2016, respectivamente, 290.000 euros y 2 millones.

Llamativo resulta el caso de la nueva macroconsellería de Economía, Emprego e Industria, que lidera Francisco Conde, y de la que dependen hasta ocho fundaciones, algunas de ellas reconocidas, como la del Centro de Supercomputación de Galicia y la que se encarga de poner en valor la artesanía gallega, pero otras que se mantienen a flote con exiguos presupuestos que apenas dan para mantener el personal y que dejan un escaso margen de maniobra para programar. Es el caso de la Axencia Enerxética Provincial de A Coruña, la Fundación de Exposicións e Congresos de A Estrada, el Instituto Ferial de A Coruña, Feiras e Exposicións de Ourense, Feiras e Exposicións de Lugo y, por último, la Fundación Galega de Formación para o Traballo.

De Presidencia depende la Fundación para o Deporte Galego, la cuarta en la que se prevé un mayor gasto en el 2016, con 4,1 millones. Y de la cartera de Alfonso Rueda otras dos: Galicia Europa y Semana Verde, en Silleda. Esta última responde al intento de ubicar a esta villa como el referente del sector primario. Allí se levantó el mayor recinto ferial de Galicia, y que acabó ingresando dinero por acoger oposiciones de la Xunta. Fraga invirtió más de 60 millones desde 1991 y hoy tiene un presupuesto de 2,2, con una deuda de 358.000 euros. De Política Social, en manos ahora del conselleiro Rey Varela, depende otra: la Fundación Galega para O Impulso da Autonomía Persoal e a Atención de Persoas en Dependencia.

La otra cara de la moneda: las iniciativas en sanidad y en el sector primario

La crisis ha ido adelgazando los llamados chiringuitos públicos hasta una anorexia presupuestaria que no ha impedido su cierre definitivo. Pero en el análisis de las fundaciones de carácter público de Galicia hay otras experiencias de éxito. Por ejemplo, la que gestiona las urgencias sanitarias y el 061, y que es, de hecho, la que acapara más de la mitad de todo el presupuesto que maneja la Xunta. Dependiente de Sanidad, fue creada en 1995, en tiempos de Fraga. Y desde entonces hasta ahora nadie ha cuestionado el modelo. De hecho, después de la catástrofe de Angrois, desde los países nórdicos se interesaron en ver cómo funcionaba el modelo dada la respuesta ofrecida por el servicio.

De esta misma consellería depende otra iniciativa de éxito, el Instituto Galego de Oftalmoloxía, dirigido por Sánchez Salorio, y que desde mediados de los ochenta ha dedicado sus esfuerzos por avanzar en la docencia y la investigación para mejorar la prestación de servicios sanitarios. Financiado por Sanidad está también el Instituto Galego de Medicina Xenómica, dirigido por Ángel Carracedo, y que trabaja en avanzar en el descubrimiento de nuevos tratamientos para las enfermedades.

El mar y la tierra

En el ámbito del sector primario y de todas sus cadenas de valor hay también iniciativas de éxito que cuentan con la aportación de los presupuestos de la Xunta.

Creado en el año 2001, el Centro Tecnolóxico do Mar, en Vigo, una fundación de carácter público, se ha convertido ya en un referente de la mejora del medio marino, de sus recursos y de todos los sectores que viven de él fomentando la innovación. Durante el pasado año 2014, puso en marcha hasta 14 nuevos proyectos. Ahora tienen en marcha una investigación sobre cómo valorizar los residuos del mar, entre otros trabajos.

El Centro Tecnolóxico da Carne también es una fundación que pretende dinamizar y mejorar la capacidad competitiva del sector agroalimentario de la comunidad. Su actividad se organiza en torno a cuatro ejes: los servicios a las empresas (análisis y trazabilidad), la investigación y el desarrollo, la formación y, por último, el asesoramiento y la transferencia tecnológica. En sus laboratorios han dado recientemente con la receta para elaborar chorizo sin grasa animal, a base de ingredientes como calabaza, cebolla y calabacín.