«Es terrible ser acosada, pero más lo es sentirte desprotegida»

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

OSCAR CELA

Una lucense, agredida sexualmente a los 60 años, recibe decenas de llamadas obscenas desde un número que ha localizado en Fráncfort

22 oct 2015 . Actualizado a las 10:36 h.

Con sesenta años fue objeto de una agresión sexual. Un año más tarde de este hecho que supuso una dura condena para el autor, un maníaco comenzó a llamarla por teléfono para decirle obscenidades. La lucense Amalia (nombre supuesto), a sus 62 años, optó por contar su caso después de haber presentado varias denuncias y comprobar que nadie le echaba una mano. Sí lo hicieron varias mujeres que hicieron circular las noticias publicadas por La Voz en las redes, de modo que pronto se supo que no era ella la única acosada. Podría haber decenas de lucenses en la misma situación.

Amalia recibió una gran dosis de oxígeno de otra mujer que también pasó por lo mismo porque el depravado incordiaba a su madre anciana con llamadas al teléfono fijo. Por esa lucense averiguó que quien la llama podría hacerlo desde un número de Fráncfort. «Si ese impresentable piensa que me va a doblegar, lo lleva claro. No pararé hasta que lo localicemos. Tengo que buscar la fórmula de llegar a Alemania. La pena es no tener alguien allí para que el hecho tuviera trascendencia en los medios de comunicación, porque estoy segura de que en Alemania hay mecanismos suficientes para actuar», advirtió ayer.

-Sé que resulta delicado hablar del asunto, pero imagino que aún sin superar la agresión sexual, con 62 años la acosan telefónicamente. Menuda situación...

-La agresión sexual fue con 60 años recién cumplidos y poco después un depravado empezó a hacer llamadas a mi teléfono fijo. A las dos primeras no les di importancia, pero luego ya se convirtieron en una pesadilla. Las tres últimas fueron entre el viernes y el sábado de la pasada semana. Le digo una cosa, trato de no pensar, porque lo pasé muy mal. Estuve largo tiempo a tratamiento, pero he de recordar que, como mujer violada, tuve que esperar meses a que me dieran vez para el psicólogo. A la segunda consulta ya no me volvió a dar cita porque decía que ya no podía hacer más y que Lugo no era una ciudad problemática. Yo le respondí y no debió gustarle porque ya no me volvió a consultar. Cuando iba a la forense me echaba a llorar, lo mismo que cuando veía noticias de hechos similares. Aún hoy cuando salgo a pasear me siento más segura si no hay gente. En caso contrario estoy en tensión y hasta miro si algunas personas se me acercan.

-Y ahora es usted una de las víctimas de un acosador telefónico.

-Es verdad. Ya perdí la cuenta del número de llamadas recibidas. Tuve que desconectar algunas veces el teléfono fijo, pero esa solución no me sirve porque mi madre vive fuera y está enferma. Cuando dejé de coger, ese tipejo graba mensajes obscenos en el contestador. Llevo más de un año en esa situación y el único avance que se produjo fue gracias a la movilización social al conocerse mi caso. Presenté varias denuncias y no pasó nada. Le voy a decir una cosa: es terrible ser acosada, pero más lo es sentirse desprotegida. Pero sigo sobreviviendo.

-Finalmente, gracias a la colaboración ciudadana, supo que las llamadas proceden de Fráncfort. ¿Se lo esperaba?

-No, porque en alguna ocasión ese maníaco me habló en gallego. Después distorsionaba la voz. En una ocasión me llamaron del juzgado y me mostraron un número extranjero y algunas llamadas efectuadas desde él. Coincidían en el tiempo con algunas que yo recibí. Metí el número en Google, pero no conseguí nada. Ahora, gracias a una mujer que también pasó por lo mismo, pudimos comprobar que el número coincide. Ella supo a nombre de quién está ese teléfono. Pensaba que él podría llamar de un locutorio, pero quizás lo haga desde una pensión, porque en una ocasión me pareció escuchar cómo alguien lo sorprendió dejando los mensajes indecorosos y le llamó la atención. Ahora lo que quiero es que se le localice. Es triste que seamos los de a pie los que, a base de rastrear, indaguemos y descubramos hechos. Yo me pregunto si pasaría lo mismo si yo fuera la esposa de algún personaje importante.