Asunta fue sedada durante 3 meses con dos medicamentos distintos

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

La víctima estaba con sus facultades anuladas debido a la ingesta de lorazepam cuando fue asfixiada entre las 7 y las 8 de la tarde

21 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Asunta fue sedada durante meses con dos medicamentos distintos sin que nadie haya podido encontrar hasta el momento los motivos. Como tampoco se sabe si el lorazepam se lo administraban a diario, semanalmente o en distintas épocas. Ni siquiera se puede llegar a averiguar la cantidad. El análisis capilar que realizaron los peritos del Instituto Nacional de Toxicología, que declararon ayer, no llega a tanto, simplemente constata que la niña fue sedada durante los tres meses anteriores a su muerte. Punto.

¿Cómo llegaron a esa conclusión? Según explicaron los facultativos, el pelo es como una grabadora. Guarda lo que uno consume. En el caso de Asunta, los expertos analizaron 9 centímetros de su cabello. Solo en los tres últimos detectaron presencia de ese fármaco, no así en el resto. Eso significa que su sedación solo se produjo en los últimos tres meses de vida. El cuándo, el cómo y el cuánto, al contrario que en las series de televisión o en las películas, no se puede conocer.

Indicios

Estos resultados son, para las acusaciones, una prueba más que palpable que tanto Alfonso Basterra como Rosario Porto estuvieron «drogando» a la niña en una suerte de «ensayos» entre julio y septiembre del 2013. A los análisis capilares suman las declaraciones de las profesoras de música y ballet de Asunta, quienes fueron testigos de varios episodios en los que la niña acudió a clase dormida. Unos días después de haber dormido en casa del acusado y otros en la de su exmujer. Por si eso fuera poco, una de las maestras declaró que la víctima le confesó que sus padres la engañaban y que su madre le daba unos polvos blancos que la mantenían dormida.

También se trató ayer, en lo que fue la penúltima sesión de pruebas periciales, la cantidad de lorazepam que le fue administrado a la niña el día de su muerte y en qué medida le afectó. Con un equivalente a 27 pastillas, poco trabajo les llevó a los peritos de toxicología determinar que la niña tenía sus facultades completamente anuladas en el momento de su muerte. Esto significa que Asunta fue asfixiada sin poner resistencia alguna. Lo que no se puede saber es el momento en el que le administraron el medicamento. Está claro que lo tenía en su estómago, pero a los facultativos del Instituto Nacional de Toxicología les resulta imposible precisar si lo ingirió durante la comida o después.

Lo que no se discute es que el lorazepam comienza a hacer efecto entre 15 y 45 minutos después de haberlo tomado. Más allá de ahí, con la cantidad que la niña tenía en su cuerpo (0,55 miligramos en sangre, 0,08 en orina, más una cantidad no determinada en el contenido gástrico), apenas podría caminar.

De todo lo escuchado ayer a los toxicólogos, es complicado, por no decir imposible, acertar con la hora en que Asunta fue sedada con lorazepam. Ni si lo fue en pequeñas dosis o las 27 pastillas que tenía en su cuerpo se las hicieron tomar de golpe. Lo único que pudieron hacer los facultativos del Instituto Nacional de Toxicología es que la niña debió haber sido asesinada entre tres y cuatro horas después de la comida. Si se dan por buenas las palabras de los acusados, que afirmaron que estaban sentados a la mesa sobre las tres de la tarde, Asunta fue asfixiada entre las 6 y las 7. A las 6 no pudo ser porque a las 18.22 fue captada por una cámara en el asiento del copiloto camino de Teo con su madre. Llegaron a la finca a las 18.31 -según indica la desconexión de la alarma-. Y a partir de ahí las versiones de lo que pudo ocurrir toman rutas distintas. La defensa de Rosario sostiene que nada más llegar a Teo, sin que la niña llegase a bajar del coche, regresa a Santiago porque así se lo pidió su hija, que le dijo que no se encontraba bien. La dejó en la calle, junto a la plaza de Puente Castro, con la promesa de la niña de que se iría a casa directamente. Fue la última vez que la vio con vida, según declaró. Por su parte, Alfonso Basterra aseguró que la niña salió de su casa a las cinco de la tarde en perfecto estado y que no la volvió a ver. Se quedó en su piso leyendo y preparando unas albóndigas para la noche, pues tenían pensado cenar los tres juntos. Pese a que ninguna cámara lo capta en la calle en todas esas horas, un testigo dijo haberlo visto junto a su hija poco después de las 6 de la tarde. El jurado verá.

Defensa de Rosario Porto. «Síndrome de abstinencia»

El análisis del cabello, que evidencia un «consumo repetitivo» en el tiempo de lorazepam, pero no se puede acreditar ni la frecuencia ni tampoco la cantidad, sirvió a la defensa de Rosario Porto, el penalista Gutiérrez Aranguren para cuestionarlo todo. Dijo que «un consumo rutinario de esta sustancia debería producir en la menor un síndrome de abstinencia al dejar de tomarlo», y, al hilo de esta observación, recordó que los testimonios de las personas que pasaron junto a la niña la parte final del verano no hicieron referencia a ello. Tanto la madrina de la pequeña como su cuidadora relataron que Asunta era una niña sana y feliz.

«No hay indicios contra ellos» y el jurado los absolverá, cree Aranguren

El penalista y abogado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, está convencido, llegados a este punto, que el jurado popular emitirá un veredicto único; es decir, que no condenará a uno y absolverá a otro, que ambos serán declarados inocentes. Esto es lo que cree y desea.

El abogado sostiene que no hay pruebas de cargo contra los acusados. Ni siquiera «existen indicios». Y por la experiencia que tiene, intuye que «el veredicto debe ser único y en una dirección que creo que todo el mundo supone cuál es bajo mi punto de vista», en referencia a la absolución.

Después de la jornada de ayer, que a su parecer ha sido de «transición», al abordarse en ella la intoxicación por lorazepam que ya se había tratado en veces pasadas, hoy comenzará la parte de la prueba documental. Pero antes, pasarán por los juzgados de Santiago los médicos psiquiatras que trataron a Rosario a lo largo de los años. Son testigos propuestos por la propia defensa de Rosario, además de incluirse el testimonio del especialista que la está tratando en la actualidad.

Recta final del juicio

En cuanto finalice su intervención, terminará la prueba pericial y la mañana estará ocupada en la prueba documental. Ahí, las partes pedirán que se añadan los informes que consideren convenientes para el estudio por parte del jurado popular.

Gutiérrez Aranguren avanzó que su intención no es «cansar» al jurado con una labor muy intensa, por lo que enseñará «muy pocos documentos», aunque la intención del fiscal, Jorge Fernández de Aránguiz, presume que no será la misma, dado que anticipó que pedirá la exhibición de, por ejemplo, publicaciones de prensa de los días posteriores al fallecimiento de la menor.

Terminada la prueba documental, se escucharán los alegatos finales. Las acusaciones, como las defensas, se dirigirán por última vez a los 9 miembros del jurado para intentar convencerlos de sus argumentos. Será mañana y es muy probable que continúe el viernes, pues se presume que las intervenciones de las partes sean largas. En caso de que concluyan mañana, en ese preciso momento los integrantes del tribunal popular recibirán el objeto del veredicto, que son las preguntas que han de responder para absolver o condenar a los procesados. Y a partir de ahí, se encerrarán a deliberar todo el tiempo que necesiten.