Galicia y otras regiones en quiebra demográfica piden el apoyo de la UE

serafín lorenzo BRUSELAS / ENVIADO ESPECIAL

GALICIA

La Xunta mostró una iniciativa con la que pretende facilitar la vida autónoma de los mayores, a través de medios tecnológicos que les permitan promover un envejecimiento activo y prevenir la dependencia

15 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El estado federado alemán de Mecklenburgo-Pomerania Occidental está a 2.600 kilómetros de Galicia, al norte de un país con una renta media muy superior a la española y con un potente desarrollo industrial. Pero las dos regiones tienen algo en común: la profunda crisis demográfica en la que están inmersas. Sus problemas son bien conocidos en Galicia: una población envejecida que no garantiza el relevo generacional, por el éxodo de jóvenes a áreas industrializadas. Un técnico de su gobierno federal ironizaba ayer en Bruselas que sería necesario que cada mujer tuviera 12 hijos para frenar un declive que avanza imparable. Como Maklenburgo-Pomerania Occidental, cuyo censo ha menguado un 20 % desde 1990, otras regiones europeas inmersas en la sima demográfica compartieron ayer en Bruselas experiencias con Galicia. El objetivo es llamar la atención de la UE en la búsqueda de soluciones que permitan fijar población.

En una jornada organizada en el marco de la Semana Europea de las Regiones y las Ciudades, la representación gallega aportó a ese foro el proyecto de Fogares Intelixentes. Se trata de una iniciativa con la que la Xunta pretende facilitar la vida autónoma de los mayores, a través de medios tecnológicos que les permitan promover un envejecimiento activo y prevenir la dependencia. El objetivo es doble. Además de ofrecer una mejor atención a los mayores dentro de su entorno social habitual, el proyecto busca también contribuir al sostenimiento de los servicios sociales cuya factura se multiplica. Vanessa Lobo, técnico de la Fundación Galicia Europa en Bruselas, relató al auditorio el drama de una de las regiones más envejecidas del continente, que en materia de demografía es tanto como decir del mundo.

En Castilla y León también comparten el mismo problema, con una dispersión agravada incluso por su mayor extensión territorial. La densidad de población no llega a 10 habitantes por kilómetro cuadrado. En Soria, la Serranía Celtibérica ni siquiera llega a 8. Está considerada como la Laponia española. También la región Norte de Portugal, con la que Galicia comparte muchos proyectos, padece el impacto de una población que sigue abandonando el medio rural para concentrarse en torno a su capital, Bragança. Como Galicia y el resto de comunidades con el mismo diagnóstico, el reto es atraer inversiones que permitan crear nuevas oportunidades y dinamizar esas zonas en declive.

Representantes de otras regiones, como la sueca de Västra Götaland y la turca de Mugla, expusieron aspectos distintos del mismo problema, aunque más relacionados con las necesidades crecientes que plantea la atención a población inmigrante.

Experiencias con éxito

Pero también se pusieron sobre la mesa experiencias que demuestran que es posible revitalizar áreas deprimidas. Es el caso de la región francesa de la Baja Normandía, que apostó con éxito por la creación de una agencia de innovación y desarrollo económico que ha permitido convertir el cambio demográfico en una oportunidad. Otro ejemplo es el de la región de Achterhoek, en el este de Holanda, que se recupera a partir del asentamiento de una competitiva industria de productos de alta tecnología, que atrae a población muy cualificada y joven. En esa capacidad de generar oportunidades para el rejuvenecimiento poblacional está la llave para ganar el futuro.

Mayor implicación comunitaria

«Si la UE no se involucra, la especie europea sería una especie en extinción». Así de categórico se muestra Ignacio Rosell-Aguilar, técnico de la Consejería de Sanidad de Castilla y León, sobre la urgencia de que Bruselas tome cartas decididamente en la solución de la crisis demográfica. Rosell-Aguilar, que en el foro de ayer en Bruselas presentó un programa de transporte a la demanda por el que se interesó el representante del Norte de Portugal, aplaude el proyecto de Fogares Intelixentes de la Xunta, pero sitúa una de las claves en impulsar políticas que incentiven la emancipación de los jóvenes. «Y para que puedan tener hijos hacen falta, además, políticas económicas», puntualiza.