Feijoo busca recuperar la iniciativa y la oposición da su ciclo por acabado

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

El presidente se disculpa por los errores que pudo cometer su Gobierno durante la crisis y previene contra la alternativa política que formarían hasta cinco partidos

15 oct 2015 . Actualizado a las 10:33 h.

Ha mudado el contexto político y con ello también ha mudado el tono. Alberto Núñez Feijoo aprovechó ayer su intervención en el sexto debate sobre el estado de la autonomía que afronta como presidente de la Xunta para reconocer errores del pasado y escenificar un auténtico volantazo con el que espera recuperar la iniciativa política de su Gobierno. Al discurso de la austeridad y de la contención que marcó su etapa en San Caetano contrapuso ayer elementos nuevos: unas cuantas medidas expansivas en el gasto y una amplia rebaja fiscal para acompañar el «tempo novo» que se abre con la incipiente recuperación económica. Feijoo gestionó la crisis y ahora se ofrece como gestor de la reactivación, aunque toda la oposición se mostró coincidente en dar su ciclo ya por rematado.

El mandatario autonómico llegó al debate con los deberes muy preparados para poner en escena el cambio de rumbo. No solo realizó en los días previos una amplia remodelación de su Ejecutivo dirigida a sofocar algunos incendios y a recuperar el favor del electorado, sino que exhibió un tono bien distinto, y desde luego menos sobrado, al de otras ocasiones. «Non existen gobernantes infalibles e cometemos erros polos que debemos desculparnos», dijo el presidente de la Xunta entonando una especie de mea culpa que plasmó de un modo muy precioso con la polémica que rodea a la puesta en funcionamiento del nuevo hospital de Vigo. «Non todo se fixo ben neste proceso», reconoció.

Pero admitidos los posibles errores, sin enumerar ninguno de ellos al detalle, la sesión se centró sobre todo en el propósito de enmienda. Feijoo relató que sentía personalmente que muchas veces su Gobierno no pudiera estar «ao carón» de los ciudadanos que demandaron su ayuda con más intensidad, algo que intentará corregir en el año que resta de legislatura.

¿Y cómo? Pues en eso consiste en volantazo: en inyectar hasta 400 millones de euros más, que es el crecimiento que experimentará el Presuposto de la Xunta para el 2016, en devolver a los ciudadanos parte del esfuerzo realizado durante la crisis y en hacer llegar la recuperación económica a los hogares.

El fortalecimiento de los servicios sociales se llevarán la parte del león, junto con la rebaja de impuestos. La Xunta se propone ampliar las medidas de protección a 10.000 nuevas personas dependientes en los próximos meses, a la vez que creará una especie de cheque-bebé de 100 euros al mes para estimular la natalidad. A mayores, se deroga el impuesto de sucesiones para el 99 % de los gallegos que hereden y se implantará un programa de impuestos cero en el ámbito rural, en un claro guiño al sector ganadero para que pueda ganar dimensión territorial mediante la agrupación bonificada de parcelas rústicas.

«Váiase, señor Feijoo»

Pero si en algo coincidieron todos los grupos de la oposición es en restarle crédito al giro político escenificado por Feijoo y en poner en cuarentena sus medidas. Desde el PSdeG al BNG, pasando por AGE y el grupo Mixto, todos los portavoces coincidieron en dar por finiquitado el ciclo político del líder del PPdeG. «Váiase, señor Feijoo», le espetó Francisco Jorquera, portavoz del BNG, parafraseando la coletilla acuñada en 1994 por Aznar contra Felipe González. «É irrelevante que quede ou marche, rematou o seu tempo», añadió a su vez el socialista Méndez Romeu. Y desde el grupo AGE, Xosé Manuel Beiras culminó la jugada arguyendo que no solo está a punto de concluir el mandato del PP en las Cortes, sino preconizando que el de la gaviota «vai a ser un partido extraparlamentario dentro de moi pouco tempo».

El propio Feijoo alentó de algún modo las especulaciones sobre su futuro político cuando, en la sesión matinal, sufrió un requiebro en la voz al pronunciar esto: «Grazas por todo, Galicia», que fue tomado dentro del hemiciclo como una despedida. Aunque por la tarde corrigió el tiro al cerrar su discurso de este modo: «O meu compromiso por Galicia non pasará nunca», lo que de nuevo lo ató a Galicia a repetir como candidato a la Xunta.

Refrendó esta vocación todavía con más claridad cuando recuperó su tono habitual para trasladar la idea de que frente al PP solo hay cinco discursos de la oposición que, unidos todos, no constituyen una alternativa. «Se a Galicia non lle gustou un bipartito -prosiguió- non vai a ter un Goberno formado por cinco partidos político», resolvió.