Feijoo siembra el desconcierto en Madrid

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

La remodelación del Gobierno de la Xunta alimenta dudas en el propio PP respecto a sus planes de futuro, a pesar de aclarar que no irá en ninguna lista para las próximas elecciones generales

12 oct 2015 . Actualizado a las 08:28 h.

Resulta difícil encontrar en la reciente historia política española un caso de incertidumbre como el que se está generando en torno al futuro político de Alberto Núñez Feijoo. El guirigay de interpretaciones que se ha producido después de la amplia remodelación de su equipo de Gobierno que ha puesto en marcha refleja la capacidad de Feijoo para sostener la tensión en torno a su figura sin que nadie sea capaz de sacar una conclusión sobre sus cálculos políticos. El desconcierto es general, incluso en el PP, que no tiene claras sus intenciones. Muchos interpretan que la crisis de Gobierno deja claro que será candidato por tercera vez. Pero no son menos los que aseguran lo contrario. Es decir, que conforma un Ejecutivo mucho más político en previsión de que tras su salto a Madrid la Xunta no quede en manos de un grupo de técnicos sin peso alguno.

Al desconcierto generalizado contribuye la calculada ambigüedad del propio Feijoo, pero también la de Mariano Rajoy. El líder nacional del PP acaba de decir, por ejemplo, que «todo el mundo» quiere que repita como candidato a la Xunta, pero que lo importante es escuchar lo que diga Feijoo. Algo que suena a broma, sobre todo si se tiene en cuenta que Rajoy es uno de los pocos que sabe realmente cuáles son los planes del presidente gallego. El enigma se va aclarando, teóricamente, a medida que se van acercando las generales. Pero, como en el juego de las muñecas rusas, cada vez que se despeja alguno de los enigmas, surge uno nuevo de su interior. Feijoo acaba de romper muchas quinielas al dejar claro que no se presentará el 20N en ninguna lista al Congreso ni al Senado. Deja así en ridículo a todos los enterados que aseguraban que iba a hacer precisamente eso para, en previsión de que Rajoy no consiga revalidar la presidencia del Gobierno, estar bien situado para heredar el liderazgo del PP desde un escaño en el Parlamento. Y ahora sabemos también con certeza que agotará la legislatura ¿Queda así resuelto el futuro de Feijoo? Ni mucho menos. El líder del PPdeG no despeja la cuestión fundamental, que es si va a ser o no el candidato a la Xunta. Afirma que «cuando tenga que tomar la decisión» lo anunciará. Insinúa así que todavía no ha decidido qué es lo que va a hacer, lo que, de creerle, deja espacio libre para todas las hipótesis.

Y la nuestra es clara. Feijoo, en efecto, no ha decidido aún. Y va a esperar a que se celebren las generales. Si Rajoy consigue revalidar la presidencia del Gobierno, aguardará a que le llamen para ser uno de los hombres fuertes del futuro Ejecutivo, lo que implicaría que no será candidato a la Xunta. Si Rajoy no le llama y le hace pagar así su negativa a incorporarse al Gobierno en la pasada remodelación, solo se presentará como candidato a la Xunta si tiene claro que podrá gobernar de nuevo en solitario. Y si el PP no logra gobernar en Madrid, el peor de los escenarios para Feijoo, intentará el imposible de liderar el PP sin ocupar un escaño en el Congreso.

En esa tesitura, solo cabe que los impacientes se relajen y esperen sentados, porque al menos hasta el mes de febrero, cuando se sepa quién va a gobernar en España, el enigma de Feijoo seguirá sin resolverse.

Sánchez espera que el PP le sirva el poder en bandeja

Cuando el Gobierno de Zapatero agonizaba, Rajoy seguía a rajatabla los consejos de su gurú, Pedro Arriola, de que se echara a dormir hasta ver pasar el cadáver de su rival político por delante de su puerta. Y, en efecto, a Rajoy le hizo falta muy poco para hacerse con el mejor resultado en la historia del PP. Tal era el desgaste de Zapatero. Hoy, es el socialista Pedro Sánchez el que pretende sin embargo emular esa estrategia, convencido de que el deterioro de Rajoy le va a servir el poder en bandeja sin necesidad de tomar postura en los asuntos más espinosos. Una estrategia arriesgada, porque el momento que vive España dista mucho de ser el que atravesaba en el 2011, cuando solo contaba la crisis.

Pablo Iglesias es ya el líder con peor imagen tras Rajoy

La caída en picado de Podemos, y sobre todo de su líder, Pablo Iglesias, parece no tener fondo, según los últimos sondeos, que sitúan al partido morado en cuarta posición y a gran distancia de Ciudadanos, cuando hasta hace muy poco luchaba por ganar las elecciones. Resulta difícil recordar un caso similar, en el que en menos de un año un partido con posibilidades reales de gobernar pase a ser teóricamente irrelevante, incluso como bisagra. La concatenación de errores políticos en Andalucía y Cataluña, la soberbia política demostrada en la negociación con IU y la nula asunción de responsabilidades han hecho que Pablo Iglesias sea ya el líder que más rechazo concita, solo por detrás de Rajoy.

La Diputación de Lugo promete nuevas emociones

Tres meses y medio ha tardado el PSdeG en recuperar la Diputación de Lugo después del bochornoso episodio que dejó la institución en manos del PP. Los socialistas taponan así una de las mayores vías de agua abiertas en el liderazgo de su secretario general, José Ramón Gómez Besteiro. Pero el episodio está lejos de haber quedado definitivamente resuelto y promete nuevas emociones fuertes. Nadie ha aclarado qué es lo que se le ha ofrecido a Manuel Martínez para que reconsidere su postura de dar la diputación al PP antes que retirar su candidatura, aunque se hará evidente dentro de poco. Y tampoco se descarta que más pronto que tarde sea el BNG el que vuelva a dejar en evidencia al PSdeG.