«Veo desinterés por parte de las autoridades en la educación pública»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Adrián, Carolina y Manuel
Adrián, Carolina y Manuel

No tenían claro qué titulación estudiar, siguen viendo un futuro incierto, pero confían en que la situación laboral mejore cuando terminen la carrera

29 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tener una media en el bachillerato igual o superior al 8,75 y sacar una de las veinte mejores notas en una prueba compuesta por tres exámenes. Son los requisitos para obtener el premio extraordinario de bachillerato, requisitos que han superado con creces Carolina Carreira Pacoret, Adrián Maceda Fernández y Manuel Rodríguez Romero, tres de las seis mejores notas de toda Galicia.

Adrián Maceda obtuvo la tercera nota más alta. Alumno del instituto Lama das Quendas de Chantada, está en Madrid cursando un doble grado de Relaciones Internacionales y Periodismo. No tenía muy claro su futuro, pero se enteró de que existía esta carrera «e vin a Madrid só por iso, pola carreira». Se ve en el cuerpo diplomático, pero con capacidad para desarrollar otra de sus vocaciones, la literaria. En su elección tuvo algo que ver la admiración que siente por un Nobel de literatura, Pablo Neruda. «Fascinoume que axudara a levar a exiliados españois a Chile despois da Guerra Civil, e dinme conta que non era incompatible a carreira diplomática e a escritura». Aunque su objetivo es claro, tiene los pies en la tierra, «a cousa está moi mal, sobre todo para os máis novos. E tampouco me vexo emigrando».

Manuel Rodríguez nunca fue mal estudiante, pero admite que en bachillerato se puso las pilas. Decidió presentarse al examen para los premios extraordinarios de bachillerato «casi de casualidad, porque me enteré el día anterior, de hecho cuando vi la nota me quedé sorprendido». Tuvo la segunda mejor nota de Galicia. Tampoco le fue mal en la selectividad, y con su 13.25 de media acaba de comenzar un doble grado en la Universidade de Santiago, Bioloxía e Química. Son seis años para acabar obteniendo las dos carreras. Seis años en los que espera que la situación mejore para los recién titulados, «no sé muy bien por donde irá mi futuro. De hecho no sé si habrá mucho futuro quedándome aquí», cuenta. Al igual que Adrián, nunca tuvo claro qué quería estudiar. Solo sabía que ni la Medicina ni las titulaciones de Económicas eran para él, «lo que me animó al final es que me parecieron muy interesantes los dobles grados».

Exalumno del centro educativo Galén, en Lugo, acaba de aterrizar en la vida universitaria. «Es diferente. Es más abierto para el alumno, pero me gusta, se da más libertad al estudiante». Reside en un colegio mayor universitario, «y de momento aún estoy aterrizando. Es un mundo completamente diferente, pasas de vivir en el nido con tus padres a salir y buscarte la vida», explica.

Carolina Carreira Pacoret estudió en el instituto Alfredo Brañas de Carballo. Obtuvo un 10 en la prueba de análisis de texto para los premios de bachillerato. «Era un artículo sobre el medio ambiente, casi literario», cuenta. Acaba de empezar Educación Primaria, en la Universidade de A Coruña. Con más de un 12 de nota media eligió una titulación que no suele estar en los ránkings de notas de corte, «no me gustan esos prejuicios. Magisterio no es peor que Medicina. No voy a elegir una carrera que no me guste solo por el prestigio». Son brillantes académicamente pero ninguno tenía claro su destino, «llegué a plantearme todas las carreras que había», cuenta Carolina. Se decantó por Primaria porque asegura tener vocación docente. También por la enseñanza pública. Estudió en un concertado hasta llegar a bachillerato «y fue como abrirse al mundo».

Generaciones bien formadas

De momento está satisfecha con la elección de los estudios de Magisterio. «No es como elegir Matemáticas, que más o menos sabes con lo que te vas a encontrar, pero de momento es una titulación que me está convenciendo». Afirma que la educación pública «es el pilar fundamental, y veo desinterés por parte de las autoridades en la enseñanza pública. Deberíamos preocuparnos de que las futuras generaciones estén bien formadas». Pone un ejemplo, apenas pudo elegir las materias optativas que le gustaban porque la ausencia de profesorado suficiente impedía ofertarlas. Empieza una nueva etapa con 17 años, «y espero que todos podamos tirar hacia adelante».

Mil euros y veinte premiados

Para optar al premio extraordinario de bachillerato del curso 2014-2015 los alumnos debían cumplir varios requisitos, como haber obtenido el título durante ese curso con una nota media igual a superior al 8,75. Los estudiantes tuvieron que realizar una prueba dividida en dos partes, una compuesta por un análisis de texto y un ejercicio en lengua extranjera; y una segunda con un examen de una de las asignaturas de su modalidad de bachillerato. La Consellería de Educación solo premia a los veinte que obtuvieron las mejores calificaciones, con mil euros y un diploma acreditativo para cada estudiante. Aunque se inscribieron en las pruebas más de medio millar de alumnos que finalizaron el bachillerato el curso pasado, lo cierto es que finalmente prácticamente la mitad ni siquiera llegaron a presentarse a las pruebas.