Los veraneantes hacen subir un 76 % la población de las villas y pueblos gallegos

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

El número de vecinos se dobla en más de setenta municipios de la comunidad

22 ago 2015 . Actualizado a las 13:01 h.

Aunque sea de manera fugaz y su efecto sea exclusivamente económico, el verano y el turismo insuflan a las estadísticas poblacionales gallegas el dinamismo que su negativa evolución natural y la emigración le han asestado sin que se vislumbre una recuperación demográfica desde el 2010. De los 307 municipios con menos de 70.000 habitantes existentes en la comunidad todos menos uno gana población en verano respecto a sus censos oficiales.

Los datos del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas señalan que los pueblos y villas medias gallegas llegan a sumar en las vacaciones estivales 1.386.712 veraneantes a sus censos, lo que les supone crecer un 76,6 %.

La provincia de Pontevedra es con notable diferencia el escenario de los mayores crecimientos, produciéndose estos tanto por atracción turística como por el efecto del retorno en vacaciones de emigrantes y sus descendientes, circunstancia igualmente visible en medio Ourense. La demarcación pontevedresa sin Vigo y Pontevedra crece en las vacaciones con 1,05 millones de veraneantes y el censo global de sus villas y pueblos lo hace en un 181,8 %, mientras que en A Coruña ese ascenso estacional es de 134.650 personas (17,7 %); de 124.215 en Ourense (55,8 %); y de 76.149 en Lugo (30,4 %), según el último estudio elaborado por el ministerio con los datos censales y turísticos del 2013.

Sanxenxo pulveriza todos los registros en cuanto a la repercusión de la población estacional se refiere. A sus 17.604 residentes Hacienda le suma 113.618 veraneantes más, cifra que solo superan los principales enclaves playeros de Alicante.

Y si llamativa es por su magnitud la cifra asignada a la localidad pontevedresa, no lo es menos la que se designa como la segunda población que más crece en verano en Galicia. A Veiga multiplica por cuatro su población, gracias a la visita de sus emigrantes, situación que lleva a crecer por encima del 200 % temporalmente también a Lalín (237 %): Forcarei (222); A Estrada (209) y Cuntis (202). Hay que volver a la costa de la misma provincia pontevedresa para encontrar crecimientos similares a los que genera el retorno vacacional de la diáspora, siendo Baiona el caso más destacado (crece un 201 % su población con la aportación estacional), seguido de Nigrán (199 %) y Vilanova de Arousa (193 %).

Únicamente Meaño y Vila de Cruces no consiguen en la provincia de Pontevedra al menos duplicar en verano el nivel de su población. En la de Lugo ese hito solo se registra en Barreiros, que suma 4.356 residentes a sus 3.124 habitantes oficiales, creciendo así un 139 %, y en Cervantes, que sube otro 103 %.

En la provincia de Ourense el efecto del retorno vacacional de la emigración dobla estacionalmente al menos la población de catorce pueblos (además de A Veiga, ocurre en Baltar, Bande, Baños de Molgas, Cartelle, Cenlle, Cualedro, Lobeira, Lobios, A Merca, A Mezquita, Nogueira, Sarreaus y Viana do Bolo). En la provincia de A Coruña ninguna villa ni pueblo añade al menos la misma cantidad de visitantes a su población habitual, según los datos recopilados por el Ministerio que dirige Cristóbal Montoro.

Bergondo, que alcanza una población estacional máxima de 11.069 habitantes al crecer un 64 %; Cabanas que sube otro 76 % y Laxe, que lo hace en un 75, son los enclaves más transformados poblacionalmente por la llegada de veraneantes en A Coruña.

El mismo estudio de Hacienda cifra en 89.785 las camas disponibles en los 307 pueblos y villas gallegas entre hoteles, hostales y casas rurales, oferta que no existe en 44 localidades de Ourense, en 19 de A Coruña, en solo dos de Pontevedra y sí hay en cambio en todas las de Lugo.