La organización está siguiendo los mismos parámetros que pactaron cuando comenzaron a dar recorrido mediático a su apuesta por una candidatura de unidad para las generales
08 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Pablo Iglesias llegó a Galicia tarde y con un discurso caducado. Su pretensión de que los distintos partidos nacionalistas aceptaran cobijarse bajo el paraguas de Podemos, en una candidatura para las generales en la que serían actores secundarios, había quedado descartada antes incluso del 24 de mayo. La oferta de Iglesias supondría una nueva cuña en un nacionalismo que, tres años después del terremoto interno de la asamblea de Amio, ha puesto de acuerdo a sus formaciones en la convicción de que la única forma de asegurarse el poder pasa por ir unidos a las generales del otoño para intentar alcanzar un grupo propio en el Congreso. La alternativa sería rodar por el precipicio de la irrelevancia política.
Por eso el nacionalismo comenzó a preparar hace semanas una conmemoración unitaria del 25 de julio, que busca convertir en puesta en escena de su proyecto electoral. En esta estrategia nunca contempló ir de la mano de Podemos. Iglesias erró, porque el nacionalismo ya tenía su hoja de ruta. Nada de siglas. Se trata de facilitar la comunión de los que en su día acabaron cada uno por su lado, una entente que ayer respaldó Camilo Nogueira. Es Podemos quien debe decidir si entra en esa candidatura (que los críticos del partido en Galicia apoyan), y no al revés. Por eso Iglesias encontró calabazas cuando pretendía rentabilizar su afinidad con Beiras. El líder de Anova es la pieza clave. Para las autonómicas optó con éxito por la alianza con IU, una etapa en la que Iglesias ejerció de asesor de Anova. Ahora, tras la turbulenta experiencia de AGE, ve más rentable sumar dentro del nacionalismo que convertirlo en guiñol de una alianza con Podemos que para muchos abriría la puerta a su colonización.
Ramas del mismo tronco
Dentro de ese plan para las generales, la idea es que el Día da Patria sea el primer escalón para visualizar la entente nacionalista. La organización está siguiendo los mismos parámetros que pactaron cuando comenzaron a dar recorrido mediático a su apuesta por una candidatura de unidad para las generales.
Todas son ramas del mismo tronco: el BNG. Pero ninguna figurará como organizadora. Lo que no está claro es la presencia de los alcaldes de A Coruña y Ferrol. La de Martiño Noriega (Santiago) parece obvia, como colíder de Anova. Aunque tanto Xulio Ferreiro como Jorge Suárez se manejan con cautela. En el gabinete del alcalde herculino, que militó en el BNG, dicen que «non está previsto que vaia» a la manifestación del 25, porque Marea Atlántica no ha decidido si apoyará la convocatoria, informa Xosé V. Gago. El de Ferrol, Jorge Suárez, tampoco lo tiene decidido. Puede acudir a título personal, pero si hay convocatoria formal deberá pasar por Ferrol en Común.