Vigo estrena el nuevo hospital

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

GALICIA

Vista general del nuevo Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, a donde se irán trasladando paulatinamente los servicios médicos.
Vista general del nuevo Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, a donde se irán trasladando paulatinamente los servicios médicos. M.MORALEJO

El traslado al Álvaro Cunqueiro terminará el 5 de septiembre

29 jun 2015 . Actualizado a las 16:51 h.

El nuevo hospital de Vigo se ha abierto esta mañana. «Este é un día histórico», proclama el gerente del área sanitaria de Vigo, Félix Rubial. No ha habido grandes incidencias, hasta el punto de que la propia dirección del complejo se muestra «sorprendida da normalidade». Los primeros pacientes fueron atendidos en las áreas de hemodiálisis, preanestesia, nefrología y unidad del dolor. Estaban citados una veintena de personas para preanestesia, una decena para nefrología, cinco para la unidad del dolor y 25 para hemodiálisis.

Según Rubial, en torno a 70 profesionales asistenciales se han desplazado al Hospital Álvaro Cunqueiro en su primer día. También han estado los sindicatos, que han hecho una concentración en el vestíbulo. «Este hospital non vai dar solución aos problemas sanitarios de Vigo», aseguró Ángel Cameselle.

Aunque no hubo incidencias, la mayoría de las quejas tienen que ver con el aparcamiento. Estacionar en el hospital de Beade cuesta. De momento, no se está pagando ni se sabe a cuánto ascenderán las tarifas, ya que el párking, en manos de la empresa concesionaria, aún no ha sido adjudicado. Habrá una tarifa plana mensual de 40 euros para los profesionales.

Incluso los primeros pacientes se han quejado de eso: «Es una vergüenza que nos cobren a los pacientes crónicos», ha lamentado Susana Canosa, después de estrenar la unidad de hemodiálisis. Sobre las instalaciones, los enfermos coinciden en la amplitud y la modernidad de las mismas. 

El área sanitaria de Vigo siempre ha sido peculiar. Cuenta con dos hospitales públicos generales -Xeral y Meixoeiro-, que atienden a la población en función de dónde viva. Un hospital privado -Povisa- se hace cargo de parte de la asistencia. Una empresa pública -Galaria, antes Medtec- gestiona las unidades de alta tecnología sanitaria. Sea como consecuencia de todo lo anterior o no, lo cierto es que Vigo tiene la mayor lista de espera de Galicia y los gestores sanitarios han venido repitiendo en la última década que con los medios disponibles era imposible revertir esa situación.

A partir de hoy todo tiene que cambiar. Al menos, esa es la teoría. Para ello se ha construido el nuevo hospital de Vigo, ubicado en la parroquia de Beade y bautizado oficialmente como Hospital Álvaro Cunqueiro: para sacar al área más poblada de la comunidad del colapso sanitario en el que lleva años enfangada.

Hoy empezó a operar, recidiendo a trece pacientes de hemodiálisis y otros doce para la tarde. Son los que desencadenen un proceso de traslado que debe durar diez semanas, hasta el 5 de septiembre. Cada lunes hasta mediados de agosto varios servicios trasladarán sus consultas externas a Beade. Luego será el turno de los pacientes ingresados y de la cirugía y, finalmente, las urgencias.

Será mucho más que la apertura de un hospital. Será un reencaje de todas las piezas que componen la sanidad viguesa. El viejo hospital Xeral cerrará su torre y mantendrá algunos servicios en su anexo, además de un punto de urgencias extrahospitalarias. El Meixoeiro mudará sus funciones para atender a pacientes crónicos y para cirugía programada. El Nicolás Peña quedará como centro psiquiátrico de crónicos. El Rebullón, el Cíes y los centros de especialidades se cerrarán. El nuevo hospital absorberá toda la actividad aguda, maternoinfantil y de alta tecnología.

El proceso de reencaje no concluirá hasta dentro de un año. Como pronto. Durante ese tiempo, los hospitales tendrán que seguir prestando una asistencia de calidad. El gerente del área sanitaria, Félix Rubial, admite que el proceso de traslado hará crecer la lista de espera, pero poco. Dice que los datos de diciembre «non deben ser peores que os de xuño». El 2014 terminó con 7.000 personas pendientes de una operación, con 95 días de espera, frente a los 67 de la media gallega. Un dato que solo supera Povisa, también en Vigo, y que excluye a los miles de pacientes que rechazan ser derivados a la privada.

El nuevo hospital ha costado 320 millones de euros y las obras, planificadas para 31 meses, han durado 45. Con su apertura no solo se la juega la sanidad viguesa. También se la juega el PP. El Gobierno de Núñez Feijoo apostó por un modelo nunca visto en Galicia: la colaboración público-privada. Una sociedad ha financiado y construido el hospital sin cobrar nada. A partir de ahora percibirá un canon de 68 millones al año durante los próximos veinte, tiempo durante el cual gestionará también los servicios no clínicos. La oposición ya ha anunciado un rescate del hospital si gobierna.

De él se ha dicho que es el mayor hospital de Europa, el más moderno de España y que va a sacar a Vigo del colapso sanitario. Desde hoy se pone a prueba.

El Sergas tiene sin comprar casi todo el equipamiento por los recursos de las empresas

La apertura del nuevo hospital de Vigo se ha topado con un problema mayúsculo. La dirección diseñó un cronograma de traslado, pero el Sergas todavía no ha adquirido todo el equipamiento y el mobiliario que necesita el centro sanitario. Las empresas han impugnado prácticamente todos los contratos ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales. Este organismo suspende cautelarmente todos los concursos de compra cuando hay un recurso. El resultado es que la mayoría están bloqueados. El gerente del área sanitaria de Vigo, Félix Rubial, insiste en que «non hai ningún recurso crítico paralizado» y que nada impide, a día de hoy, cumplir los plazos del traslado. Pero admite también que la situación es problemática.

Un dato sirve como ejemplo de la magnitud del problema: el nuevo hospital todavía no tiene camas. El Sergas las adjudicó a una empresa, pero las otras recurrieron. Y hay muchos más. Faltan ecógrafos, retinógrafos, tacs... El gerente confía en que, como la hospitalización de pacientes no empieza hasta el 24 de agosto, todavía quede tiempo para resolver el grueso de los concursos sin variar el cronograma. Pero ya se ha activado el plan B: trasladar equipos del Xeral que se iban a descartar y alquilar otros. En total, en el equipamiento el Sergas invierte en torno a 45 millones de euros.

Tiene una capacidad máxima de 1.465 camas. Abre con 845 para hospitalización, con el 70 % de las habitaciones individuales.