Besteiro se asoma al precipicio en Lugo por la rebeldía de un alcalde

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

El líder del PSdeG recuerda al regidor de Becerreá que la orden era votar a Campos y aplaza las medidas disciplinarias para reconducir la situación

25 jun 2015 . Actualizado a las 17:51 h.

Todo el trabajo realizado por el PSOE en la provincia de Lugo en los últimos ocho años se evaporó ayer en una votación. La decisión del alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, de no acatar la orden de su partido para hacerse a un lado, sortear el veto del BNG y permitir así que otro socialista fuera investido presidente de la Diputación, coloca al líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, al borde del precipicio tras una operación llevada hasta el límite y que le permitió ver en primera persona cómo era entregado al PP el fortín político que lo catapultó a la escena autonómica. El traspiés para el PSOE es mayúsculo. No faltan voces internas que remarquen la responsabilidad directa del líder del PSdeG en lo ocurrido, aunque en la dirección gallega no descartan que puedan darle la vuelta a la situación.

El punto de partida

Un liderazgo provincial apoyado desde la Diputación. El PSOE le debe mucho a Manuel Martínez, alcalde de Becerreá y curtido en la oposición a Cacharro Pardo en la Diputación desde 1999. Su labor fue crucial en la llegada de los socialistas al despacho noble de San Marcos en el 2007, cuando Martínez se hizo a un lado para cederle la presidencia a Besteiro, y este se empleó a fondo para que el ente provincial contribuyera a articular el partido. El resultado está a la vista: el PSOE pasó de las 16 alcaldías del 2011 a las 28 de ahora, a la vez que se renovaron una buena parte de las agrupaciones con personas afines al propio Besteiro, lo que le valió para convertirse en líder provincial, primero, y líder gallego, en septiembre del 2013.

El sucesor provincial

El desmarque de Santín que pocos comprenden. Al hacerse con el liderazgo del PSdeG, Besteiro eligió a un asesor personal, González Santín, para dirigir el partido en su feudo político. No obstante, no lo apoyó para sucederle en la presidencia de la Diputación, unos dicen que por no aceptar la alcaldía de Lugo y otros por la aproximación de Santín a José Blanco, lo que provocó que todos los diputados afines a Besteiro apostaran por Martínez en la sucesión provincial.

Operación de alto riesgo

Martínez era una carta marcada por el BNG. La apuesta de los afines a Besteiro por el alcalde de Becerreá, en vez de por Santín, era una operación de alto riesgo, pues la de Martínez era una carta marcada y el BNG lo invalidaba para presidir la Diputación al PSOE. Y ahí llegó el enroque. Besteiro hizo todo lo posible para sortear el último obstáculo. Muchos en el partido apelaron a la responsabilidad del alcalde de Becerreá, como militante intachable que es desde el año 1979, y la comisión federal de listas, de la que Besteiro forma parte, impulsó un candidato alternativo. Sirvió para que diez diputados socialistas mudaran su voto. Pero no el propio Manuel Martínez.

El desalojo del fortín

El PSOE fía su suerte a poder reconducir la situación. Besteiro caminó con riesgo por un hilo de alambre, y al final se cayó. La Diputación de Lugo está ahora en manos del PP, que no contaba con ella. El líder del PSdeG le recordó ayer al alcalde de Becerreá que había «ordes claras» de Ferraz de investir a Darío Campos, pero hay un elemento capital: ni expulsó al alcalde rebelde de Becerreá y pospuso cualquier medida disciplinaria. Un signo inequívoco de que el PSOE intentará reconducir la situación, pues el BNG está dispuesto a la moción de censura.