Este gallego, único representatnte español de la Escuela de verano de la ONU elegido entre 15.000 candidatos, aboga por crear campamentos que se adapten al estilo de vida de los niños gallegos e inmigrantes
22 jun 2015 . Actualizado a las 07:10 h.¿Cómo podemos construir alianzas a través de nuestras comunidades? ¿Qué sucede cuando se margina la cultura? ¿Cómo podemos reducir las tensiones identitarias y colaborar a través de las diferencias? Estas son algunas de las preguntas que se les plantearon a los 75 jóvenes de diferentes nacionalidades en la Escuela de Verano de la ONU que se celebró entre el 13 y el 20 de junio en Nueva York. El único representante español, elegido entre más de 15.000 candidatos, es de Lalín y se llama Iván Fernández: «Me interesa que la campaña mediática que estamos creando para dar voz a los colectivos desfavorecidos llame la atención», explica.
-¿Es más difícil convencer a la ciudadanía de que un mundo más justo es posible o entrar en esta escuela de verano?
-Antes de solicitar una plaza en esta escuela ya estaba involucrado en causas solidarias. Creaba vídeos con compañeros de la facultad que fomentaban la idea de que una convivencia pacífica es posible, así que me relaciono con gente que tiene bastante esperanza de cara al futuro. Entrar en la escuela me resultó bastante más complicado. La fase de selección fue muy larga y culminó con la realización de un proyecto social.
-Comenta que el proyecto que le ha abierto las puertas a la escuela es aplicable en Galicia.
-Así es. Cualquier lugar en el que convivan personas de diferentes culturas es un sitio apto para implantar este plan. Se trata de un proyecto que pretende la integración de las culturas a través de la infancia. Una buena idea es, por ejemplo, la creación de campamentos que se adapten al modus vivendi de los niños gallegos e inmigrantes de manera alterna.
-Aprender con el ejemplo es lo que indica.
-Sí. De hecho, mi proyecto refleja de algún modo la experiencia que los 75 seleccionados hemos vivido en Nueva York. Representamos a países muy diferentes y, en algunos casos, con culturas encontradas. Aun así, todos creemos que es posible un mundo más justo y, por equipos, hemos realizado proyectos que avalen esta idea de mundo más justo.
-Usted ha estudiado Periodismo y también Artes Escénicas. ¿Cree que le hace falta ahora un cambio social positivo a estas dos profesiones?
-He ejercido de periodista, aunque ahora estoy inactivo. Me preocupa que en estos ámbitos primen los intereses económicos al buen hacer social, y me gustaría que la penosa situación que se vive en España fuera diferente. El cambio social positivo por el que luchamos no entiende de profesiones. Aunque soy positivo, veo «bastante negra» la situación laboral.
-Ya ha hecho la maleta para volver a su Galicia natal. ¿Qué experiencias de estos días no se ha olvidado de meter ahora?
-La estancia en el cuartel general de las Naciones Unidas en esa urbe norteamericana, la visita a barrios de Nueva York donde residen minorías y la creación de un proyecto, basado en una campaña mediática, que capte la atención de los medios de comunicación para dar voz en ellos a colectivos desfavorecidos. Lo más importante es que todos rememos en un mismo sentido y que cada uno sepa adaptar el proyecto que hemos estado creando a las circunstancias propias de su país.