Las contradicciones de Beatriz Sestayo

Carlos Agulló Leal
C. Agulló FERROL / LA VOZ

GALICIA

JOSÉ PARDO

Acapara más competencias que nunca y se salta la máxima de «una persona, un cargo»

21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva un lustro anclada en el epicentro de la polémica del PSOE ferrolano y ha vuelto a convertirse en un quebradero de cabeza para el partido en Galicia. La líder de los socialistas en la urbe naval, Beatriz Sestayo (Ferrol, 1969), está a punto de estrenar el cargo de teniente de alcalde pero envuelta en la enésima crisis de la agrupación en la ciudad. Tras los últimos comicios electorales, el PSOE, cuya lista encabezaba, quedó relegado al papel de tercera fuerza política, por detrás del PP y de Ferrol en Común. La asamblea celebrada para analizar estos resultados culminó con cinco exconcejales pidiendo al partido que la inhabiliten y con la dimisión de cuatro miembros de su ejecutiva. Es el último episodio de enfrentamientos de los socialistas ferrolanos, que comenzó en el 2010, cuando Beatriz Sestayo decidió abandonar la Concejalía de Servicios Sociales en el gobierno de Vicente Irisarri alegando que lo hacía para atender mejor su cargo de diputada en O Hórreo. Cinco años después, ignora la máxima del partido de una persona, un cargo, se coloca en el extremo opuesto y acumula más competencias que nunca: es secretaria local, parlamentaria autonómica y, en breve, primera teniente de alcalde.

Pero esta no es la primera contradicción entre sus declaraciones y sus hechos. Tras abrir una guerra interna con Irisarri poco antes de los anteriores comicios municipales, Sestayo pasó a ocupar el cargo de secretaria de Organización. Preguntada entonces por sus aspiraciones a convertirse en la siguiente candidata del partido a sentarse en el sillón de la alcaldía ferrolana, afirmó, con ironía vehemente: «¡Por Dios! No sé si estamos hablando del 2100». Corría mayo del 2010 y solo hicieron falta cinco años más para que liderase la lista socialista a las municipales ferrolanas.

Aliados y después enemigos

Pero para llegar a ese punto, Beatriz Sestayo se ha ido aliando con distintos miembros del partido con los que después ha entrado en clara confrontación. Como Natividad González Laso, a la que la líder de los socialistas ferrolanos llegó a promover como portavoz del grupo municipal en el Concello. Tres años después, inició un expediente disciplinario contra ella, que no llegó a prosperar. Curiosamente, cinco de los siete exconcejales que ahora piden amparo al partido, apelan a los mismos preceptos que en su día utilizó Sestayo contra González Laso, al acusarla de realizar una «ofensa personal grave» y de «menoscabar la imagen de los cargos públicos o instituciones socialistas». Ahora, los exediles afirman que el partido debe actuar contra una secretaria general que, insisten, sugirió corruptelas en el grupo municipal y connivencia con el PP.

Entre los cuatro dimisionarios de su ejecutiva se encuentran cargos que respaldaron en un momento determinado a la líder local. Sus opositores reprochan el reguero de cadáveres políticos que ella ha ido dejando a su paso. Sestayo, que afirma que quienes la cuestionan internamente son minoría, esgrime siempre como fortaleza el masivo respaldo de la militancia que logra.