Beiras desafía el acuerdo a dos bandas lanzando un nombre

d.s. santiago / la voz

GALICIA

20 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

alos chispazos que ayer saltaron entre el PP y el PSOE en su intento de cerrar el acuerdo para renovar un órgano institucional clave, como es el Consello de Contas, se añadió ayer un nuevo ingrediente: el intento del grupo Alternativa Galega de Esquerda (AGE), capitaneado por Xosé Manuel Beiras, de disponer de una de las cinco sillas en el ente que se encarga de fiscalizar las cuentas públicas autonómicas.

Y es que AGE hace su propia lectura del equilibrio que debe guardar el Consello de Contas, a la luz de los resultados de las elecciones autonómicas del 2012. De aplicarse de forma escrupulosa la ley d?Hont a los votos logrados por cada grupo político, tanto en el Consello de Contas como en la Mesa de Parlamento, el PP tendría que tener tres puestos, uno el PSOE y otro más AGE.

No obstante, ya al inicio de la legislatura populares y socialistas dejaron clara su intención de cortarle el paso a AGE a estos órganos de control, y optaron por hacer un tres a dos tanto en la Mesa del Parlamento como en Contas.

Pero el caso es que Beiras no tiró la toalla y ayer mismo introdujo un escrito en el registro del Parlamento en el que desafía el acuerdo a dos bandas haciendo su propia propuesta para el Consello de Contas. El grupo AGE, dice el texto al que tuvo acceso La Voz, «acorda propor como candidato a conselleiro do Consello de Contas a Xaquín Álvarez Corbacho», por entender que reúne todos los requisitos para ostentar tal condición.

Beiras se inclinó ayer por un perfil, el de Álvarez Corbacho, que conoce bien el órgano a renovar, pues fue conselleiro de Contas durante más de una década, aunque a propuesta de los socialistas.

La petición firmada por el portavoz de AGE no tiene recorrido, aunque sí cumple el cometido que se marcaron tanto desde Alternativa como desde el BNG y el Grupo Mixto, que es el de denunciar políticamente en acuerdo a dos bandas para intercambiar cromos con los que repartirse el poder al frente de las instituciones, excluyendo completamente de las conversaciones a las minorías parlamentarias.