La policía avisó al mercado de A Pedra de que iría en la lista negra de EE.UU.

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

La jueza bloqueó 1.100 cuentas bancarias a los 65 comerciantes imputados

03 jun 2015 . Actualizado a las 13:33 h.

Un alto mando policial reveló ayer en un congreso estatal sobre piratería en Vigo que los investigadores avisaron tres meses antes a los comerciantes de A Pedra de que Estados Unidos los iba a incluir en la lista negra mundial de puntos de venta de ropa falsificadal, pero estos hicieron oídos sordos a la advertencia. «Como gallega, sentí vergüenza», admite la inspectora jefe Mónica Dopico que investigó durante año y medio los entresijos del mercado vigués, que fue clausurado el 15 de octubre del 2014 en una redada que la policía califica de «cierre histórico». La jueza de instrucción 3 de Vigo, Marisol López, embargó 1.100 cuentas bancarias a los 65 vendedores implicados y retiró el derecho a la libre disposición de 38 coches, 140 viviendas y un barco. En total, se incautaron 23.000 prendas y cerró 36 puestos del mercado, 9 tiendas, 4 almacenes y 6 bazares.

Estas revelaciones salieron a la luz durante los actos del Día Mundial de la Antifalsificación, que este año se celebraron en la Autoridad Portuaria de Vigo y en la que participaron policías, aduaneros, miembros de la oficina de patentes, representantes de las marcas y un vendedor del top manta arrepentido.

El comisario Héctor Moreno, jefe de la UDEV central, recalcó la dificultad de desmontar A Pedra y terminar con un punto de venta de productos falsificados que gozaba de total impunidad y «funcionaba bajo el amparo de un negocio legal y que incluso pagaba impuestos. Había recogido tal reconocimiento ciudadano que se crearon instalaciones específicas para los puestos», que fueron remodelados por el Ayuntamiento de Vigo.

La jefe de sección Mónica Dopico, que dirigió la operación Cuarzo, aseguró ayer que «lo de que A Pedra salga en las guías turísticas, como gallega, me parece una vergüenza, una barbaridad». Los policías, cansados de hacer redadas para que los comerciantes volviesen a reabrir, cambiaron su estrategia para cerrar definitivamente el mercado. «Todo el mundo sabía que allí se vendía ropa falsa y se cometían delitos y sistemáticamente hacíamos registros. Intentamos convencer al juez y al fiscal para que esta fuese la última redada», dijo Dopico.

Pero primero, la UDEV intentó arreglarlo por las buenas y acordó en el 2012 una reunión con la Asociación de Comerciantes Vigo Vello, que gestiona el mercado en nombre de los vendedores. «Antes de empezar el operativo, nos sentamos con los comerciantes y les dijimos que Vigo iba a ser incluida en la Notorius Market List [los diez puntos negros de pirateo del mundo], lo que era una vergüenza. Nos sentamos con Anxo Méndez y negociaciones con ellos para dar una salida porque esto no puede continuar así y es una vergüenza mundial. Nos dijeron que sí, muy buenas palabras y aún estamos esperando a que nos llamen», dijo la agente. La Voz intentó contactar ayer sin éxito con Anxo Méndez para conocer su versión.

La policía cambió su estrategia global e investigó no solo el delito contra la propiedad industrial sino también el blanqueo de capitales que «sistemáticamente realizó esta gente. No es un blanqueo de ingeniería sino uno muy sencillo. El principal investigado tenía un descuadre de un millón en euros entre lo que ganaba y lo que gastaba. Es gente que se lucra a costa de cometer un delito y además visible».

Responsabilidad política

Dopico es consciente de las protestas que cada viernes hacen los comerciantes para pedir la reapertura de sus puestos pero replica que «solo se moviliza la gente que trabaja en A Pedra, habría que preguntar al resto de los comerciantes de Vigo qué piensan, porque este mercado les hacía mucho daño. La gente está encantada con el cierre».

La jefe de la operación recalca que Estados Unidos incluyó al mercado en su lista negra porque es un mercado municipal y luego lo quitó. «Personalmente, creo que podría haber algún tipo de implicación, no centrado en una persona en concreto, o de obligación de la alcaldía», dice. Opina que el ayuntamiento, a estas alturas, debería de haberles retirado las licencias a los implicados.

Ante la pregunta de si el principal obstáculo para cerrar A Pedra era esa impunidad respaldada por las autoridades políticas, la investigadora respondió que el fracaso de las redadas se debía a la estrategia que usaba la policía. «Hicimos autocrítica sin echarle la culpa al juez, e investigamos adónde iba el dinero de A Pedra, y eso funcionó. Espero que sea la clausura definitiva del mercado. Me gustaría que reabriese, pero con otros actores en los puestos. Me pregunto cómo a estas alturas no les han retirado las licencias ¿Qué habría pasado si esto hubiese sido droga?», dice. No se enorgullece de haber sido ella la que logró el cierre, pero sostiene que ese sitio puede empezar de nuevo si monta puestos de gastronomía o de Galicia Calidade.