Oporto rentabiliza la competencia interna de los aeropuertos gallegos

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

M. Moralejo

El Sá Carneiro afianza su expansión frente a localismos y descoordinación

18 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de Oporto, Rui Moreira, reabrió el debate la semana pasada en A Coruña. «En este momento, el de Oporto es el mayor aeropuerto de Galicia». No era un farol. Moreira expresó una opinión que pueden suscribir la inmensa mayoría de los gallegos, porque resulta difícilmente refutable. El propio Feijoo lo asumió, y apuntó de paso la gran debilidad del sistema aeroportuario gallego que rentabiliza el Sá Carneiro. «Si no coordinamos los aeropuertos gallegos, el de Oporto es imbatible», corroboró. Estas son algunas claves de esa posición de ventaja del que es el gran aeródromo del Noroeste.

Tráfico

Camino de duplicar en viajeros a los tres gallegos. El punto de inflexión llegó con la crisis. Hasta el 2008, los aeropuertos de Galicia acumulaban más tráfico comercial que el Sá Carneiro. En el 2007, atendieron a 750.000 clientes más. El sistema aeroportuario gallego alcanzó su techo aquel año, con 4,72 millones de pasajeros. Desde entonces, la terminal de Oporto ha ganado 3 millones, y las gallegas, han perdido un millón. El resultado es que el Sá Carneiro cerró el 2014 con 6,93 millones, frente a 3,75 que sumaron Lavacolla, Alvedro y Peinador. Es cuestión de tiempo que el gran aeropuerto vecino duplique a los gallegos.

Programación

El triple de vuelos internacionales y conexiones más económicas con Madrid. Oporto se beneficia en su competencia con Galicia de una oferta internacional mucho más amplia y sin duplicidades. Frente a la limitada programación exterior de las terminales gallegas, con una veintena de rutas concentradas en Europa, el Sá Carneiro cubre más de 60 destinos en tres continentes. Nueva York, Río de Janeiro, São Paulo, Toronto, Marrakech, Caracas o Luanda figuran en una oferta que es también más rica que la gallega en enlaces europeos. Incluye destinos como Lyon, Bremen, Bristol, Copenhague, Pisa, Luxemburgo o Venecia, con Ryanair como su principal operador. Para encontrar un abanico similar, el viajero gallego tendrá que desplazarse a Barajas. Además, en muchos casos, Oporto dispone de tarifas más económicas. El verano pasado, incluso volar a Madrid desde allí era más barato que hacerlo desde Vigo, aunque obviamente el viaje hasta el Sá Carneiro encarecía el coste final.

Estrategia comercial

Primas y subvenciones que seducen a las aerolíneas. Esa programación más atractiva crece cada temporada al calor de una ambiciosa estrategia comercial, que incentiva tanto la puesta en servicio y la continuidad de nuevas rutas como la captación de pasajeros. Oporto ha redoblado esa apuesta para este verano, con incentivos que pueden alcanzar hasta los 16 euros por viajero en vuelos que amplíen su mapa de destinos. Fomento ha tratado de emular, en cierto modo, esa política para que las aerolíneas encuentren más margen de negocio en los aeropuertos gallegos. A esa apuesta obedecen decisiones como la congelación hasta el 2025 de las tasas que pagan las compañías, y bonificaciones ligadas al incremento de pasajeros en líneas en servicio o de nueva implantación. Pero hay una diferencia fundamental con el modelo de Oporto. Mientras allí el aeropuerto tiene manos libres para diseñar su estrategia comercial, aquí es el gestor Aena el que marca la política para medio centenar de terminales españolas.

Ventaja competitiva

Favorecido por la descoordinación de los aeropuertos gallegos. El Sá Carneiro exprime a fondo la falta de coordinación de las terminales gallegas, que duplican y triplican conexiones internacionales, pero carecen de rutas con América. El paradigma de ese solapamiento de la oferta con Londres y París. A la capital británica será posible volar este verano a cuatro aeropuertos distintos: Heathrow (con Vueling desde A Coruña), Stansted (con Ryanair desde Santiago), Gatwick (con EasyJet también desde Santiago) y Luton (con Air Nostrum desde Vigo). En el caso de París, hay dos opciones: Charles de Gaulle (Air France desde Vigo y Vueling desde Santiago) y Orly (con Iberia desde A Coruña.

Inhibición

Sin respuesta de Fomento frente a los localismos. El sistema aeroportuario gallego está limitado por los localismos. Las tres ciudades se dedican a hacer la guerra por su cuenta, mientras ni Fomento (que tiene la competencia) ni la Xunta son capaces de poner orden. Tras el fracaso del primer comité de rutas creado en el 2010 por el ministro socialista José Blanco, el segundo de la popular Ana Pastor sigue el mismo camino. El ministerio señala ahora, sobre un órgano que lleva 15 meses parado, que son las aerolíneas las que deciden las rutas por su rentabilidad.

Movilidad

La oportunidad perdida del AVE. La movilidad es otra baza en la mano del Sá Carneiro. Mientras la Xunta trata de cubrir las enormes lagunas de conectividad entre los tres aeropuertos, con el billete único de tres y bus al aeropuerto como proyecto estrella, decenas de autobuses cruzan la raia cada semana para trasladar pasajeros gallegos a su terminal. Pero hay más diferencias que evidencian que Galicia carece de la visión estratégica de Oporto. Allí, el metro tiene estación en el aeropuerto. Aquí se deja escapar la oportunidad de acercar el AVE a Lavacolla por menos de 10 kilómetros de vía.

Conclusiones

Hasta Feijoo lo asume. La prueba de lo indiscutible que resulta el liderazgo de Oporto como aeropuerto de referencia, no ya solo en Galicia sino en todo el noroeste peninsular, está en la aceptación por parte de Feijoo del discurso de Rui Moreira. El diagnóstico también lo tiene claro. «Si no coordinamos los aeropuertos gallegos, el de Oporto es imbatible», advirtió la semana pasada. El presidente de la Xunta enfatiza la cuota de responsabilidad del alcalde de Vigo, Abel Caballero. En campaña electoral, todo tiene una intencionalidad política. Pero lo que no admite mucho debate es la evidencia de que Peinador es el aeropuerto más próximo al Sá Carneiro y el que más tiene que perder.