Colectivos y concellos realizan campañas para ayudar a personas que viven en la calle, que en ocasiones arrastran problemas mentales y de alcoholismo
18 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Carlos Montouto Bastida, el Gringo, fue encontrado muerto el pasado 5 de mayo debajo de un viaducto de la autopista de Vigo. Vivía en la calle desde hacía 40 años y falleció con 80. En su misma situación se encuentran en Galicia más de 3.600 personas, según los datos que ha hecho públicos Cáritas. Son 133 sintecho por cada cien mil habitantes, lo que arroja una ratio muy por encima de la media de España, que es de 71. Esta cifra sitúa a Galicia a la cabeza de España, detrás del País Vasco.
El problema varía según las ciudades. En Lugo hay una quincena de indigentes que duermen habitualmente en galerías y soportales del casco histórico, donde suelen pedir limosna durante el día. La mayor parte de ellos recurren al hogar del transeúnte para ducharse, comer y dormir caliente los días que pueden. Pero en dicho hogar no se puede pernoctar todos los días, por lo cual la mayor parte de las noches las pasan en sus lugares habituales. Hace algunos meses, la asociación lucense de ayuda a enfermos mentales (Alume), inició una campaña de ayuda a una docena de indigentes que son enfermos con brotes psicóticos habituales, porque a través de los medios de atención social se descubrió que casi todos los indigentes de la ciudad están en esa situación porque sufren alguna enfermedad mental, en algunos casos combinada con el alcoholismo.
Según los datos facilitados por la asociación Arraigo, en Ferrol, en la actualidad duermen en la calle -cajeros y edificios en ruinas- alrededor de veinte personas. Arraigo tiene actualmente un centenar de usuarios que acuden con frecuencia en demanda de alimentos, ropa y otros productos de primera necesidad, y al local de la entidad suelen ir a diario a tomar café alrededor de 80 indigentes. El único establecimiento habilitado en Ferrol para la pernocta de gente sin techo y transeúntes es el Refugio Pardo de Atín, ubicado en el Hospital Juan Cardona de Caranza.
La céntrica plaza de Armas, situada delante del consistorio ferrolano, suele ser el punto de encuentro durante el día de personas sin techo y los conflictos y reyertas suscitados entre ellos requieren en ocasiones la intervención policial.
De paso en Ourense
En Ourense los sintecho locales están localizados y asistidos, en la medida en que se dejan, por los recursos públicos o de entidades como Cáritas o Cruz Roja, que tienen con ellos un trato cotidiano y saben dónde los encuentran según la hora y el día que haga. Los foráneos no suelen estar más que una o dos jornadas, de paso hacia otras ciudades más atractivas, bien por tener mayor población como potenciales clientes en la mendicidad o más oportunidades de encontrar algún trabajo esporádico, pero sobre todo, buscan un clima más benévolo. Cruz Roja tiene un programa de rondas por la ciudad cuando hay olas de frío o de calor. En las salidas del pasado invierno localizaron a media docena que se negaban a dormir en el Fogar do Transeúnte. La media de ocupación de esa instalación municipal es de 11 personas, que es la mitad de su capacidad.
En el albergue Xoán XXIII, de Santiago, tienen un grupo de voluntarios que van por la noche para repartir café con leche y hablar con las personas que duermen en la calle. Aunque el número varía en función del tiempo, tienen controlados a 20 sintecho. Duermen en cajeros y portales. También algunos pasan la noche en el acceso a la estación de autobuses, y cerca del barrio de San Pedro hay una dársena de autobuses, totalmente abierta, donde hay indigentes que duermen pegados al muro para protegerse del frío.
Cáritas calcula que en Santiago hay unos 120 sintecho; y en A Coruña, unos 295. Muchos son itinerantes, por lo que las cifras varían mucho.
En la ciudad herculina está operativo un equipo, el Semus, de Cruz Roja con apoyo municipal, que repasa las calles para dar apoyo. Otro es el propio equipo de Exclusión municipal del Ayuntamiento. Llevan a cabo programas variados, como Café y Calor, dando mantas y bebidas calientes en invierno a los que no quieren dormir bajo techo.
Existe un concierto con la residencia Padre Rubinos para ofrecer plazas a los indigentes, que nunca se ha llenado. El problema es que muchos sintecho no quieren dejar las calles. También se apoya a otras entidades, como Renacer, que tiene pisos para personas sin hogar, y hay lugares gestionados por la Iglesia como el Hogar de Sor Eusebia.
Con información de Fina Ulloa, E. Eiroa, M. Cabana, M. Mosteiro, y C. López.
Los comedores sociales, la manera de sobrevivir
Además de no tener un techo donde dormir, los indigentes se ven con otro problema, el de conseguir alimento a diario.
En Ferrol, la Cocina Económica sirve diariamente 320 menús, de los que 80 corresponden a las cenas y el resto a la comida del mediodía. Los indigentes de la ciudad la tienen como punto de referencia, si bien este servicio también es utilizado por familias con problemas económicos graves.
Existe en Ourense un comedor social, atendido por Cáritas que da una media de un centenar de servicios por día, incluidos los que se entregan para que consuman en su domicilio los vecinos con escasos recursos que tienen familia.
En el albergue Xoán XXIII de Santiago les dan un desayuno a los sintecho que están allí durmiendo. Después durante el día, pueden permanecer en las instalaciones y se les entrega fruta y leche.
Aunque es en la Cocina Económica de Santiago donde comen y cenan prácticamente todos los sin techo de la capital gallega. Se sirven cada día entre 160-170 comidas; 110-115 cenas; y entre 40-50 desayunos. Lo mismo hacen en A Coruña, donde la Cocina Económica es visitada a diario por casi todos los sintecho de la ciudad.