Sin rastro de la desaparecida pese a que se bajó el nivel del río en Ourense

Maite Rodríguez Vázquez
MAITE RODRÍGUEZ OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Pese a que el nivel del agua se bajó hasta una cota de 30 centímetros no se encontraron pistas de Socorro Pérez.
Pese a que el nivel del agua se bajó hasta una cota de 30 centímetros no se encontraron pistas de Socorro Pérez. Santi M. Amil

Un helicóptero y sesenta voluntarios buscaron sin éxito a la mujer en el Miño

08 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El cuerpo de Socorro Pérez, la ourensana a la que se busca desde el pasado domingo cuando se notificó su desaparición, no está en el río Miño. Al menos no apareció ayer, después de la intensa y minuciosa búsqueda realizada aprovechando la notable bajada del caudal. La Policía Nacional lo había pedido a la empresa hidroeléctrica y entre las dos y las seis de la tarde, el nivel del agua descendió casi una cota de 0,30 metros. La bajada del caudal fue una ayuda importante para el operativo, según explicaba el responsable de Protección Civil en Ourense, Manuel Fernández, pero el resultado fue negativo.

Unos sesenta voluntarios participaron en el rastreo, recorriendo dos o tres veces las orillas y zonas rocosas en el tramo urbano del río, desde la presa de Velle hasta el cámping de Untes, para detectar cualquier pista sobre la desaparecida. Con embarcaciones se buscó en la parte más baja del río, cerca del embalse de Castrelo de Miño y un helicóptero de la Policía Nacional lo hizo desde el aire. Nada se pudo encontrar. Los voluntarios de Protección Civil ya han recorrido una y otra vez los lugares por los que la mujer de 43 años solía hacer deporte, tanto en la zona del río como en otros caminos cercanos a la capital ourensana por los que Socorro Pérez solía salir a correr o caminar. La hasta ahora infructuosa búsqueda en el río y en los alrededores de la ciudad podría hacer que la policía aparcase las hipótesis del accidente o del suicido, aunque oficialmente siguen todas las posibilidades abiertas.

Por su estilo de vida, su comportamiento reciente y por el estado en que dejó su casa, a los familiares de la desaparecida no les cuadra que pudiese haberse quitado la vida o desaparecido voluntariamente. El testigo que la situó a última hora del sábado, entre las ocho media y nueve de la tarde en el barrio de Reza, a poco más de medio kilómetro del piso del barrio de O Couto en el que residía sola, hace pensar a los familiares que su desaparición pudo ocurrir dentro del casco urbano y no en el entorno del río Miño.

La policía está examinando las imágenes de los bares y otros establecimientos que tienen cámaras de seguridad en la calle Isaac Piñeiro para comprobar si hay algún registro de la desaparecida. Se le da credibilidad al testimonio del testigo que la vio y habló con ella el sábado un par de minutos cerca de un bar cuando supuestamente volvía de hacer deporte, pero su aportación no hace variar la investigación, según fuentes policiales.

El misterio continúa y se hace cada vez más angustioso para la familia después de seis días sin saber nada de Socorro.

«Mientras no aparezca, no está muerta»

Socorro Pérez Rodríguez, 43 años, 1,60 metros de estatura, es limpiadora en la Universidad Laboral de Ourense. Según cuenta su prima Paula Rodríguez, es una mujer más aficionada a la lectura o a la vida al aire libre que a la televisión. No tenía ordenador ni cuentas en redes sociales. Metódica y ordenada, solía apuntar sus tareas e incluso los gastos que realizaba. El domingo 3 de mayo, su madre fue a buscarla a su domicilio porque no contestaba al teléfono. Pensaban ir juntas ese día a un balneario de Ferreira de Pantón. En su casa había dejado el móvil encendido, la cartera y una bolsa supuestamente preparada para ir al balneario. Su coche seguía en el garaje. En verano pensaba participar en un viaje de peregrinación de los que organizaban en el Obispado para aprovechar y mejorar su inglés, explica la familiar.

Por su personalidad, a la familia no le cuadra que hubiera decidido irse de forma voluntaria. Ni que pensase en el suicidio. Por eso a su prima no le sorprendió que el intenso rastreo de ayer en el Miño fuese negativo. «No la veía todos los días, pero esa semana había hablado con ella y estaba fenomenal. Si estuviese decaída, lo hubiese notado», afirma la prima. Sospecha que si fue vista en la ciudad volviendo a casa, su desaparición pudo producirse en el casco urbano, aunque esa sea una zona ya con más transeúntes. «Mientras no aparezca, no está muerta», espera Paula Rodríguez. Teme que si se encontró con algún conocido o algún desconocido que se la llevase dificultará saber qué le ocurrió a su prima.

Si había conocido a alguien que la familia no supiese tampoco consta. El registro de las llamadas del teléfono de Socorro Pérez que ha solicitado la policía podría arrojar algo de luz sobre este punto. «Nosotros lo que conocíamos era normalidad», explica Rodríguez, quien añade que «si había algo más, me gustaría saberlo».