¿Galicia hacia el pentapartito?

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Pilar Canicoba

El PP mantiene la hegemonía, pero su desgaste nutre a Ciudadanos. El PSdeG solo resiste donde acierta con el candidato. El desplome del BNG alienta a los coaligados con Podemos

27 abr 2015 . Actualizado a las 09:22 h.

El mapa político gallego avanza con decisión hacia un modelo pentapartito, denominación que no posee la mejor connotación por traer a la memoria los gobiernos de cinco patas de la Italia de los años ochenta del siglo pasado, la de Andreotti, Bettino Craxi y Fanfani, marcada por los escándalos de corrupción y que acabó sepultando la llamada primera República entregándole el poder a Berlusconi. Pero no hay que irse tan lejos a buscar referentes. Galicia también era pentapartita en los ochenta, antes de que Manuel Fraga desembarcara en la Xunta y cambiara por ley el juego electoral para repartirle cartas solo al PP, al PSdeG y al BNG, excluyendo del mismo a Coalición Galega y al PSG-EG de Camilo Nogueira, que ahora son reemplazados por Ciudadanos y Podemos, junto a sus aliados de las mareas ciudadanas.

Partido popular

Hegemonía con exclusión en las ciudades de Pontevedra. Los datos de la encuesta de Sondaxe revelan que el PP se mantiene como la fuerza hegemónica, con condiciones de demostrar que en el resto de España que Galicia es uno de sus principales fortines. Pero la acción combinada de gobierno en Madrid y en Santiago, con la gestión de la peor crisis económica y política de la democracia, le pasa factura y le empieza a generar algo parecido a las exclusiones territoriales. El PP ha entrado en barrena en las ciudades de la provincia de Pontevedra: en la capital lo reemplaza el BNG como primera fuerza, en Vigo lo hace el PSOE, envolviéndose en la bandera del localismo, y en Vilagarcía es una combinación de fuerzas de izquierda, capitaneada por el PSdeG, la que lo noquea. Le queda Lalín, como siempre. Algo parecido le ocurre en Lugo, si bien en la capital amurallada aguanta como primer partido por solo unas décimas. La fortaleza del PP sigue estando en A Coruña, donde alberga posibilidades de mantener las tres alcaldías urbanas, incluida Santiago, que pese a que parecía perdida debido a los escándalos, la descomposición del PSOE se la puede servir en bandeja.

Partido socialista

Fortalezas relegadas a lo largo de la cuenca del río Miño. Si el PSdeG fuera un río se parecería al Miño. Porque son las dos ciudades que baña el principal río gallego, junto con Vigo, la más próxima a su desembocadura, donde los socialistas logran aguantar el tipo ante el PP. Esto cobra rango provincial en Lugo, pues el PSOE aprovechó su poder en la Diputación para moverle los marcos a la derecha: A las opciones de Orozco de revalidar la alcaldía en la capital se une la mayoría absoluta que Sondaxe pinta en Viveiro y a la entrada en el gobierno local de Monforte. En Vigo, Caballero bate su marca y en Ourense resisten a sus heridas internas entre paquistas y pachistas, seguramente debido a que a la izquierda del PSOE no ha germinado nada. El contrapunto se sitúa en la provincia de A Coruña, con menos capacidad para presentar candidaturas que la de Ourense, y en las ciudades que no acertaron con el candidato, especialmente en Santiago y Ferrol, donde Francisco Reyes y Beatriz Sestayo tuvieron una elección traumática, lo que explica que el PSOE sea empujado, como en Pontevedra, a la tercera posición.

Bloque nacionalista

El derecho a existir, pero solo en las reservas acotadas. Cada vez es más oportuno acudir a la terminología ecológica, en vez de la política, para hablar de la delicada situación del BNG, una fuerza que conserva su derecho a existir, pero en una especie de reservas acotadas, donde su gestión es bien valorada por los ciudadanos. El ejemplo paradigmático de los oasis nacionalistas es el de Pontevedra, que premia a Fernández Lores con la mayoría absoluta, algo que se reproduce también en Carballo e incluso en Monforte, donde el Bloque tiene opción de revalidar la alcaldía pese a la retirada de su carismático regidor, Severino Rodríguez. Pero en el resto de la Galicia urbana, el BNG ocupa ya una posición simbólica, al situarse por debajo del 6 % de los votos en Vigo, A Coruña, Lugo y Ferrol.

Podemos y las mareas

Su implantación es relevante solo donde se hunde el PSOE. Las plataformas ciudadanas o mareas es uno de los fenómenos electorales del 24-M, y la encuesta de Sondaxe dice que este movimiento, en el que participan Podemos, Esquerda Unida o Anova en diferentes combinaciones, pincha en Lugo, Ourense, Pontevedra y Vigo, donde se llegaron a promover tres diferentes. Su implantación solo tiene relevancia allá donde se hunde el PSOE, es decir, en las plazas donde los socialistas no acertaron en la elección del candidato, como son Santiago y Ferrol. En A Coruña lo anterior no es tan evidente, pues el PSdeG logra mantenerse como segunda fuerza.

Ciudadanos

Apreciable ola naranja, pero muy ceñida a las ciudades. Por cada lista que presentó Ciudadanos en Galicia, el BNG registró once. Pero si se deja al margen la ciudad de Pontevedra, es evidente que los de Albert Rivera superan claramente al Bloque en las urbes, por 11 concejales a 9. El partido C?s irrumpe en la comunidad con una implantación muy desigual -solo 22 candidaturas de las 314 posibles-, lo que explica que la ola naranja esté muy ceñida a las ciudades, especialmente Vigo, A Coruña y Ferrol, donde los estudios de trasvase de voto reflejan que se nutre especialmente de antiguos votantes del PP, pero también de bastantes de los que confiaron anteriormente en el PSOE y el BNG.