PP y PSOE se disputan la gestión de 1.850 millones en las diputaciones

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Pilar Canicoba

Los dos partidos centran sus esfuerzos en lograr la presidencia provincial de Lugo y los socialistas creen que tienen a tiro la de Pontevedra

24 abr 2015 . Actualizado a las 08:42 h.

El PP sueña con la fotografía de Xosé Ramón Gómez Besteiro entregando el bastón de mando a un dirigente popular. La carga simbólica de la imagen del líder de todo el PSdeG cediendo su poder en la Diputación de Lugo a su adversario, es comparada por los populares a la iconografía pictórica de la Rendición de Breda. Pero hacerse con el organismo provincial lucense no le asegura al PP contar con las cuatro diputaciones de la comunidad en los próximos cuatro años.

Si los populares estiman como factible sumar en las elecciones del 24 de mayo a Lugo a su mapa provincial, el PSdeG echa las mismas cuentas con la Diputación de Pontevedra, organismo que entienden no estaría a día de hoy en sus manos, pero por un margen que estiman alcanzable en los 29 días que faltan para que se abran las urnas.

Así pues, a tenor de los tableros que dibujan ambos partidos las diputaciones de Lugo y Pontevedra son las únicas que podrían cambiar de color. El PP apunta a que la montaña lucense será el escenario decisorio, con el único escaño que se pone en juego en el partido judicial que encabeza A Fonsagrada. Arrebatárselo allí al PSOE, es para la dirección del PP gallego casi una cuestión de estado, para asestar a Besteiro el golpe que dejaría a su partido sin la institución que él ha presidido en los últimos ocho años y que le ha dado un atril para asomarse a la política gallega desde que es secretario general.

El PSOE, en todo caso, muestra su confianza en que la Diputación no cambie de color, y que se valoren las políticas sociales y la apertura de la que hacen gala como sello de identidad del que dejará de ser su presidente en junio.

A por la sorpresa

En el caso de la Diputación de Pontevedra, las lecturas se hacen a la inversa. El PP ve casi imposible perderla y es el PSOE el que no descarta hacerse con ella. En el mandato que concluye es de las cuatro de Galicia donde los populares lograron un mayor colchón respecto a sus adversarios, siete escaños nada menos, pero eso ha cambiado, según los socialistas. Ese margen, según sus cuentas, se repartiría en estos momentos según sus sondeos en cuatro para el PP y tres para el PSOE, «por lo que estaríamos hablando de que todo se decidiría por un diputado», apuntan los analistas del partido. El mapa resultante de los augurios del PSOE refleja la pérdida de dos escaños para el PP en el partido judicial de Vigo y otro en el de Arousa. Quedaría pues uno de margen para que Rafael Louzán repitiese en el cargo, y dicha acta los socialistas la ubican en el partido judicial de Tui, y con epicentro en O Porriño, donde esperan que la nueva atomización local del PP y el fichaje para el PSOE del exalcalde nacionalista Raúl Francés juegue en su favor.

Confesión popular

El PP no otorga en cambio ninguna verosimilitud al análisis electoral que hacen sus adversarios respecto a la circunscripción electoral pontevedresa. Entre dientes admiten como posible una pérdida de votos en Vigo, que podría hacerles bajar algún puesto en la Diputación, pero apenas conceden oportunidad alguna más. Es más, mantienen que lo que pudieran obtener las mareas en las luchas provinciales siempre sería en detrimento del PSOE, con lo que apenas variaría al final la correlación de fuerzas.

Para la provincia de A Coruña los populares manejan en su peor escenario perder votos en la capital y en Santiago, pero siempre menos que el PSOE, que auguran tendrán en ambas ciudades resultados casi catastróficos. En Ferrol, en cambio, el PP estima que se mantendrá, lo que aseguraría aún más su plaza, creen.

Y en el caso de Ourense, hay consenso, la operación recambio es imposible.

Más poder local

La batalla de las diputaciones no es en esta ocasión una lucha electoral secundaria. La reforma de la administración local otorga a los organismos provinciales un poder y un peso sin precedentes. Las diputaciones asumirán muchos de los servicios que ahora prestan los pequeños concellos, los gestionarán conjuntamente y licitarán incluso en bloque allí donde las arcas municipales no tengan fuelle. Por tanto, el poder provincial está llamado a incrementarse superando los debates sobre la conveniencia de su desaparición.

En el mandato que concluye y desde las pasadas elecciones municipales las cuatro gallegas manejaron 1.854,5 millones de euros, ahí es nada, cantidad que podría crecer aún más superada la fase más dura de la crisis y de los recortes institucionales.

Por primera vez, tres mujeres con opciones de dirigir los entes provinciales

La duda en Ourense es saber quién puede ser el nuevo portavoz del grupo socialista. La seguridad de que José Manuel Baltar volverá a presidir el organismo que antes estuvo en manos de su padre, hace que en el PSOE nadie se haya postulado como posible aspirante a la presidencia de la Diputación y que el propio Baltar haya mostrado todo su poder en la presentación de su candidatura, pese a que no está de forma directa en manos de los electores. Él defiende que debería votarse también en las urnas, persuadido de que así incluso podría incrementar su ventaja, de cinco escaños en las anteriores municipales.

Antes que él también se publicitó como aspirante a presidir en su caso la de Lugo, Xosé Ramón Gómez Besteiro, que pobló en el 2011 de modo inédito las vallas de la provincia con la misma intención que Baltar defiende ahora su estatus haciendo campaña presidencial.

Dos mujeres en liza

Precisamente Besteiro, con su marcha de la política provincial, abrirá la posibilidad de que una mujer cuente con posibilidades de acceder por primera vez a una presidencia de Diputación en Galicia. La elegida es la actual vicepresidenta segunda, Lara Méndez, que recalará además en las listas del PSOE en la capital. Pero enfrente tendrá a otra aspirante. El PP cambia de cara para tratar de que en esta ocasión la delegada de la Xunta en la provincia, Raquel Arias, devuelva el mando de la Diputación a su partido.

Y la tercera posibilidad de que una mujer se haga con las riendas de uno de los organismos provinciales se daría en Pontevedra, donde según las cuentas de los socialistas, sobre todo de los de Vigo, Carmela Silva estaría a las puertas de ampliar su currículo político, eso sí, si a mayores se pusiera de acuerdo con los diputados del BNG e incluso con el que pudieran obtener en el partido judicial de Vigo las mareas. Enfrente, después de las dudas iniciales, estará de nuevo Rafael Louzán.

Diego Calvo es fijo para tratar de repetir al frente de la Diputación coruñesa, mientras que su adversario será el responsable provincial del PSOE, Julio Sacristán, que cedería la alcaldía de Culleredo a su nuevo segundo.