Los alcaldes desempolvan su catecismo contra la corrupción

Serafín Lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

20 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La política municipal sería clara como el agua. Solo la vocación de servicio público inspiraría los quehaceres de los ediles. Y ninguno pisaría un juzgado por asuntos relacionados con su cargo. Todo funcionaría de otro modo si los 314 concellos y las diputaciones llevaran a la práctica el código ético que propone la Federación Galega de Municipios (Fegamp). El documento, que ve la luz a dos meses de los comicios locales, es un canto a la limpieza de una institución crítica con los «casos de corrupción ou de mala xestión» que distancian al ciudadano de la Administración. Advierte que regalos, placas y viajes pagados por el Concello no caben en el comportamiento «exemplar e honorable» exigible al cargo electo. Pero hay más.

Conducta intachable, sin dañar la imagen de la institución. El código de buen gobierno de la Fegamp, de adhesión voluntaria, determina que «o exercicio da actividade político-administrativa e a xestión dos recursos públicos require, como demandan os cidadáns, ir máis aló do estrito cumprimento da legalidade vixente». Con esta premisa, los principios de actuación de los cargos y personal de la Administración deben ser transparencia, eficacia y dedicación plena. El primero de los 15 artículos del código predica lealtad institucional: «A súa conduta nunca pode prexudicar a imaxe ou reputación institucional do concello no que desenvolve o seu labor».

Tres años sin acceder a empresas adjudicatarias del concello. El manual recoge el deber de los cargos de «absterse de calquera actividade privada ou interese con terceiros que poida condicionar a súa actividade ou conlevar conflitos de intereses co seu posto público». El edil en esa tesitura tendrá que abstenerse «nas votacións nas que teña interese persoal directo ou indirecto». Y en los tres años siguientes a dejar el mando, el alcalde no podrá ejercer actividades remuneradas en empresas que fueron adjudicatarias del concello durante su gestión. La Fegamp pide también que la apertura de plicas en las contrataciones sean retransmitidas por la web municipal. Como es obvio, piensa en las ciudades.

Ni abusos de posición ni intereses partidarios. El código, que no entra en la situación de cargos incursos en procesos judiciales, recuerda que los ediles no pueden utilizar su puesto «para obter vantaxes para si mesmos, para outras persoas, institucións ou empresas». Tampoco pueden tomar decisiones o aprobar directrices para perjudicar a nadie, ni usar prerrogativas para agilizar procedimientos, exonerar de cargas u otorgar beneficios a terceros. Y el desempeño de cargos en órganos de dirección de partidos políticos «en ningún caso condicionará ou menoscabará o exercicio das súas funcións».

Prohibidas las placas y símbolos inaugurales. La Fegamp recopila en su código los vetos para inaugurar o visitar obras en campaña, aunque no precisa que, con la reforma legal del 2011, esas actuaciones quedaron prohibidas desde la convocatoria de las elecciones, 55 días antes de la cita con las urnas. En todo caso, aboga por renunciar con carácter general a colocar en obras públicas placas o símbolos inaugurales con el nombre del alcalde o de miembros del gobierno local.

Los regalos se devuelven, salvo los protocolarios. El reglamento de conducta para alcaldes y concejales obliga a renunciar a dar o aceptar regalos o compensaciones, «en metálico ou en especie», que puedan influir en la toma de decisiones. La excepción son los agasajos o atenciones «protocolarios, institucionais ou de cortesía». Cualquier regalo que quede fuera de estos parámetros deberá ser devuelto. Si no es posible, el edil que lo recibió deberá entregarlo en la tesorería del concello para su destino a fines sociales.

Los viajes privados no los pagan el concello ni la diputación. Alcaldes y concejales solo podrán cargar a las cuentas de la institución aquellos viajes en los que la representen. Los desplazamientos fuera de Galicia se regirán «polos principios de proporcionalidade e necesidade». Los cargos electos tendrán que dar cuenta al pleno de los objetivos y logros del viaje, y recoger los gastos en un informe que entregarán a todos los grupos. Los vehículos del parque móvil no se usarán para desplazamientos particulares.