Homenaje gallego a «Charlie Hebdo» en el salón del cómic de Granada

m. s. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Noelia Guillán, nacida en A Illa de Arousa, promovió una exposición en la que participaron más de sesenta artistas de los cinco continentes

17 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque lleva buena parte de su vida en París, Noelia Guillán nació en A Illa de Arousa y presume de ello. Lo prueba el nombre que utiliza como artista visual y cantautora: Niki de la Isla. Hace algunos años decidió crear en su tierra de acogida una oenegé, Nexo, cuyo cometido es apoyar a los artistas noveles. En eso estaba cuando en el mes de enero se produjo el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo. «Me dejó hundida. Ese día me di cuenta de que las cosas están aún peor de lo que pensaba. Sentía que iba a ocurrir algo, pero pensaba en una bomba, nunca en lo que ocurrió». Así que Niki pensó que no podía quedarse quieta, «tenía que hacer algo».

Bastó una llamada de Alejandro Casasola, director del Salón Internacional de Cómic de Granada, para que ese «algo» comenzase a tomar la forma de una exposición, un homenaje que este fin de semana pudieron ver las más de 15.000 personas que visitaron el festival que se celebró en la ciudad andaluza y que este año celebró su edición número 20. Allí estuvieron también, además de la propia Niki, varios de los padrinos de Nexo.

Más de sesenta artistas de los cinco continentes quisieron poner su granito de arena en la que su promotora define como «la mayor exposición organizada para homenajear la libertad de creación». Fue una de las varias actividades que el certamen granadino organizó en una edición en la que la revista francesa estuvo muy presente, hasta el punto de que incluso algunos de sus antiguos colaboradores participaron en las jornadas.

Pero si esta aventura ha reportado grandes satisfacciones a la artista gallega, también le ha reportado algunos disgustos. «Empecé a buscar dibujos por Francia a través de las redes sociales. Y, de repente, sin que me lo esperase, comenzó el rechazo», relata. «Empezaron a bloquearme el Facebook y perdí 600 contactos profesionales. Me escribieron cartas de amenaza». Pero siguió adelante, esquivó los escollos y consiguió que el homenaje deseado se hiciese realidad. Ahora deja claro que «esa exposición solo existe porque Alejandro y yo no somos unos cobardes y somos unos ciudadanos españoles y europeos responsables».