Ocho vuelos fueron desviados ayer de la terminal lusa a Santiago y Vigo
10 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El Sá Carneiro de Oporto se ha consolidado como aeropuerto de referencia para más de 700.000 gallegos que encuentran allí la amplia oferta de conexiones internacionales de la que carecen los tres aeropuertos de Galicia. Es una competencia desigual. Con más de 50 conexiones directas con el extranjero y un tráfico comercial que ronda los 7 millones de viajeros al año, Oporto es un coloso que rentabiliza al máximo la ausencia de una estrategia de coordinación de las terminales gallegas. Pero ese potencial no hace al gran aeropuerto del norte de Portugal inmune a los contratiempos, y entonces ahí están los gallegos. Así sucedió ayer, cuando la intensa niebla que cubrió el Sá Carneiro durante buena parte de la mañana obligó a desviar ocho vuelos a los aeródromos de Santiago y Vigo.
Lavacolla fue el destino de cinco aeronaves que no pudieron tomar tierra en Oporto. Los vuelos afectados por la contingencia habían despegado de Madrid, Bérgamo (Milán), Fráncfort y Charleroi (Bruselas sur), los cuatro operados por la aerolínea irlandesa Ryanair; y de Ginebra, de la compañía Swiss Airlines. Además de estos cinco vuelos desviados del Sá Carneiro a Santiago, tres aterrizaron en Peinador. Fueron los procedentes de Cabo Verde y París, operados por la aerolínea lusa TAP; y el de Madrid, que fletó Air Nostrum. Los pasajeros de esos ocho vuelos derivados a Galicia, que tomaron tierra en Lavacolla y Peinador entre las 9 y las 10.50 horas de la mañana, fueron trasladados en autobuses hasta su destino original en la terminal de Oporto.
Pero las dificultades de visibilidad creadas por la niebla no solo mermaron ayer la operatividad del Sá Carneiro. También el aeropuerto de A Coruña resultó afectado. En concreto, el primer vuelo de la mañana procedente de Madrid (Iberia) fue desviado a Santiago, desde donde partió el enlace que debía salir de Alvedro con destino a Barajas. Además, se canceló el vuelo con Lisboa (TAP) y el de Bilbao (Vueling) sufrió un retraso de varias horas en espera de que mejoraran las condiciones en Alvedro, lo que demoró también el vuelo hacia la capital vizcaína.