Galicia registra ya casos de anorexia en niñas de nueve años

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Advierten del aumento de pacientes con riesgo de sufrir trastornos alimentarios, una tendencia que no perciben aún en los hospitales

15 feb 2015 . Actualizado a las 11:47 h.

No saben por qué, pero el número de pacientes con riesgo de sufrir trastornos alimentarios que llaman a sus puertas pidiendo ayuda va en aumento en Galicia. «Hemos notado un incremento desde el año pasado. Ahora tenemos 84 pacientes de toda la comunidad, incluso algunos de fuera de Galicia», explica Fátima Pérez, directora del comedor terapéutico que la Asociación de Bulimia y Anorexia de A Coruña (Abac). No difiere de la percepción que tiene Dora Sarmiento, presidenta de la Asociación de Bulimia y Anorexia de Galicia (Abagal): «Notamos una mayor incidencia, quizá porque la gente está dándose cuenta de lo que realmente pasa». Donde todavía no observan esa tendencia es en los hospitales. «Aquí no hemos notado una mayor incidencia, también es verdad que nos llegan los casos más graves», explica el endocrino y jefe de la Unidad de Anorexia y Bulimia del hospital compostelano de Conxo, Felipe Casanueva.

Un factor que puede explicar la diferencia es la mayor preparación que tienen ahora tanto los médicos de cabecera como las unidades de psiquiatría del resto de centros hospitalarios de la comunidad. Desde Abagal han apreciado un cambio notable entre esos facultativos a la hora de actuar ante este tipo de enfermedades. «Hace diez años no tenían mucha formación al respecto, pero ahora vemos que tienen ya un protocolo de actuación», explica.

Una característica de las enfermedades de tipo alimentario (aunque la anorexia y la bulimia son las más peligrosas, hay otras como el trastorno por atracón que empiezan a ser cada vez más habituales) es la falta de un diagnóstico. A veces, ni el enfermo ni su entorno son conscientes del problema.

Labor preventiva

Ese incremento de personas que piden ayuda va acompañado de un descenso en la edad en la que comienzan a aparecer las primeras huellas. «La paciente más mayor que tenemos tiene 65 años, pero la más joven 11», dice Fátima Pérez. Más alarmante es la advertencia que lanzan desde Abagal: «Hay casos de niñas de 9 años con anorexia. También hemos detectado cada vez más casos de chicos, aunque estos están más ligados a la vigorexia». La proporción es de un varón por cada nueve chicas.

Cada curso escolar Abagal se pone en contacto con los centros educativos de toda Galicia, con concellos, asociaciones de padres o de vecinos para dar charlas. «Nunca llamamos a los diferentes trastornos alimentarios por sus nombres, lo que hacemos es hablar con los adolescentes o con las familias para ver qué percepción tienen de ellos, analizamos los mensajes publicitarios, lo que ven...», explica.

Esa labor preventiva también la hacen desde Abac: «Después de una charla hay padres que se acercan porque hasta entonces no habían detectado nada», dice la directora. Y cuanto más temprano sea el diagnóstico la probabilidad de salir adelante es mayor. No son patologías que se den de un día para otro: «Tienen un proceso de incubación que varía entre un año o año y medio».