«Me fui por el carácter autoritario de mi padre»

GALICIA

El hijo de Fernández Castiñeiras podría enfrentarse a un año y medio de cárcel

21 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Jesús Fernández Nieto, el hijo de Manuel Fernández Castiñeiras, fue detenido en julio del 2012 y salió libre varios días después. El fiscal pide para él un año y medio de prisión y una multa de 300.000 euros por delito fiscal, al considerar que participó en el blanqueo de los fondos sustraídos por su padre en la catedral de Santiago. De ahí que su defensa se base en el absoluto desconocimiento del dinero que se escondía en las diferentes viviendas de la familia, y en el carácter autoritario de su padre, que les prohibía acercarse a sus facturas y papeles.

Fernández Nieto contestó a todas las preguntas de forma tranquila. En la casa en la que residía en O Milladoiro se encontró dinero en una habitación, así como tres facsímiles. Era una vivienda propiedad de sus padres y Jesús afirma no haber visto nunca ni los billetes ni los libros, amontonados junto a un viejo televisor, un vídeo, cajas y archivadores, «mi padre me dijo ??son cosas mías, no las toques y ya está??». Hasta que dejó de vivir con sus padres, en el 2005, «nunca vi dinero», y en la zona de trabajo del electricista, tras un cortinón, «no se tocaba», por orden expresa del propio Castiñeiras. Quizás esta personalidad imperativa le llevó a irse antes de casa, tal y como contó a la abogada defensora, «por un lado tenía ganas de irme y otra fue por el gran carácter autoritario de mi padre, que ya llegó un punto en el que no aguantaba más». Sosteniendo la idea de que desconocía cuánto dinero tenía su progenitor expuso que solo le pidió dinero una vez para comprar un coche, algo más de seis mil euros, «y tuve que armarme de valor».

Otro de los argumentos que defendió Jesús Fernández Nieto fue que en ningún momento se le facilitó un abogado durante los registros de las viviendas y que ni siquiera estaba presente, sino que toda la familia estaba recluida en la cocina. Cuando la policía le enseñó los 30.000 euros hallados en su vivienda se sintió «traicionado», pero defendió que su padre se levantaba a las seis de la mañana y trabajaba todo el día «desde que tengo uso de razón», explicó.