Al anillo perimetral solo le quedan 92 kilómetros en las autovías del Cantábrico, de la Plata y del Mediterráneo
30 dic 2014 . Actualizado a las 20:55 h.El mapa de carreteras que la generación del baby boom estudió en las escuelas poco tiene que ver con el que ya está empezando a cerrarse. Ha tenido que pasar mucho tiempo para que todas las rutas viarias dejaran de pasar por el kilómetro cero de Madrid. Era una concepción del país inspirada primero en el interés de los borbones por emular el protagonismo centralista de París y, después, en la visión franquista de España, la obsesión por que la Meseta fuera el polo de atracción de la periferia. La red de carreteras radiales expresaba esa visión centrípeta del Estado, un diseño que ha ido desdibujándose en paralelo al proceso de descentralización del país.
Este año y el que viene serán cruciales para culminar simbólicamente este proceso. Desde hoy se podrá circular ininterrumpidamente por autovía entre Galicia y la frontera francesa con la apertura del tramo Unquera-La Franca, en Asturias. La autovía del Cantábrico no está terminada en sentido estricto, pues quedan dos tramos por finalizar entre Torrelavega y Solares. En total son 27 kilómetros que previsiblemente entrarán en servicio a finales del año que está a punto de empezar. Este recorrido por el interior evitaría el uso de la A-67 (Torrelavega-Santander) y la S-10 de acceso a la capital cántabra por el este, muy sobrecargadas de tráfico precisamente por servir de ruta sustitutiva al trazado estricto de la A-8.
Esta obra es crucial para culminar la gran vuelta a España por autovía o autopista, la inmensa circunvalación que recorre el país ciñéndose a la costa, en paralelo a la frontera portuguesa o por la ruta subpirenaica del Ebro. Pero este gran anillo de alta capacidad que sirve para comunicar los territorios periféricos entre sí y evitar el paso por Madrid para múltiples recorridos aún tiene algunas obras pendientes que está previsto que se terminen en el 2015. En primer lugar, por la importancia que tendrá para los usuarios gallegos, Fomento prevé abrir en el primer semestre de ese año el tramo Benavente-Zamora (49 kilómetros) de la autovía de la Plata (A-66, Gijón-Sevilla). Esto permitirá realizar el viaje por una vía de alta capacidad gratuita hacia Extremadura y Andalucía sin tener que pasar por Madrid o recurrir a las autopistas de peaje portugueses.
Los otros dos tramos pendientes están en la autovía del Mediterráneo (A-7), en el entorno de Motril (Granada). Son en total 16,5 kilómetros que previsiblemente también estarán en servicio el año que empieza ahora.
Del eje perimetral español, que suma unos 3.400 kilómetros, apenas quedan 92,5 por finalizar y todos ellos estarán abiertos en el 2015. Pero la fenomenología de estas vías de alta capacidad que fueron entrelazándose durante más de cuarenta años es diversa. Hay autovías de primera generación que necesitan un repaso y, aunque la mayoría son vías gratuitas, hay amplios tramos con peaje.