En Galicia, Lugo es la urbe con más políticas de atención, Sanxenxo la villa con mayor dotación para servicios públicos y Sada la de menor deuda
21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas ha puesto en evidencia en forma de ránking la dedicación que todos los ayuntamientos de España prestan a sus conciudadanos y grupos sociales más necesitados, el nivel de dotación de sus servicios públicos, y cómo están de saneadas todas y cada una de las arcas públicas locales.
Galicia, una de las zonas más envejecidas, despobladas y con rentas más bajas del Estado, no sale muy bien parada en la fotografía que el Gobierno central ha realizado con las cuentas ya cerradas del 2013. De entre los mil ayuntamientos de toda España que más fondos destinan por habitante a programas de protección y promoción social, atención y asistencia a jóvenes, infancia, mayores, minusválidos o fomento del empleo, tan solo 46 son gallegos. Para estar en ese grupo es necesario dedicar al menos 155 euros por habitante a ese tipo de atenciones, baremo que Muras supera con amplitud con 405,8 euros por habitante, fruto de los 294.000 euros a repartir en dicha partida entre sus 723 habitantes, y que le colocan en el puesto 166 de España. Ourol y Boimorto son las siguientes, dentro de la comunidad, mientras que entre las 50 localidades gallegas que tienen más de once mil residentes es O Porriño la que más se implica en la atención social (160,8 euros por cabeza y ocupa el puesto 923 del Estado), seguida de Sarria (929) y Lugo (957). En el lado opuesto, Nigrán es señalada por Hacienda como la población gallega con menos gasto social por habitante (27,54 euros y ocupa el puesto 4.740 de 5.941 ayuntamientos españoles analizados), seguidas de Baiona (puesto 4.508) y Redondela (4.219).
En las grandes ciudades, tras Lugo surge Vilagarcía (puesto 1.311), Ferrol (1.704), A Coruña (2.046) y Vigo (2.495).
Las claves porriñesas
Programas de integración del colectivo gitano, unidades de drogodependencias y planes de empleo específicos para las decenas de personas que la crisis dejó sin trabajo en un área industrial como O Porriño explican según la concejala de Servicios Sociales, Teresa Varela, que la localidad figure en los puestos de cabeza de toda España. Nigrán pone por delante la atadura de la deuda a la que ha tenido que hacer frente y el alto poder adquisitivo de sus vecinos para explicar sus menguadas partidas sociales. «En todo caso, no se queda nadie sin ayuda que lo solicite y justifique», asegura su alcalde, Alberto Valverde, que certifica un incremento notable de gasto social en el 2015 al afrontar menos deuda.
«Cuando llegué en el 2011 había facturas desde 1999 en el cajón, por eso una de mis prioridades fue poner las cuentas al día», explica Ernesto Anido, alcalde de Sada y el que menor deuda afronta de entre las mayores localidades de Galicia. «Hoy tenemos las facturas impagadas a cero y la deuda con los bancos de 1,8 millones pasó a la mitad», añade Anido, que asegura dirigir su ayuntamiento como si fuera una empresa privada o una familia. «Los alcaldes deben gestionar, no endeudar a los contribuyentes», concluye, no sin discrepar del ministro Montoro, pese a ser como él del PP, por no primar a los concellos que han cumplido con el ajuste y no se han endeudado permitiéndoles emplear el remanente de tesorería.
Sada figura en el estudio de Hacienda con una deuda por habitante de 11,43 euros, lo que la coloca en el puesto 4.603 de 5.399 ayuntamientos analizados. Tomiño (4.511) y Monforte (4.276) son las siguientes que menos deben de entre las villas más habitadas, mientras A Laracha (913) y Nigrán (979) están en el otro extremo.
Entre las nueve ciudades más pobladas de Galicia es Pontevedra la que menos deuda acumula (46,7 euros por cabeza), seguida de Ferrol (51,9), A Coruña (56,8) y Narón (72,5). Pese a que Abel Caballero se jacta desde hace años de regir la ciudad con menos deuda de España, Vigo es en realidad la quinta gallega en ese ránking y la 1.471 del Estado. Las que más deben de la comunidad son Vilagarcía y Santiago.