Galicia, sitio solo de paso para las bandas más conflictivas

José Manuel Pan
j. m. pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Las últimas oleadas de robos fueron atribuidas a grupos itinerantes

15 dic 2014 . Actualizado a las 07:14 h.

El pasado mes de octubre agentes especializados de la Policía Nacional desarticularon una banda de ladrones que habían desatado todas las alarmas durante el verano en la ciudad de A Coruña. Su objetivo eran las joyas. Nada excesivamente voluminoso para poder llevarlo sin levantar las sospechas del vecindario. No llamaban la atención. Buscaban pisos que estuviesen deshabitados en el momento en el que ellos entraban y apenas causaban daños en las cerraduras, por lo que muchas veces los robos no eran descubiertos hasta la llegada de los propietarios de sus vacaciones.

Los investigadores fueron estrechando el cerco sobre los cuidadosos ladrones. Coincidían algunas cosas: la forma de actuar, el tipo de material que se llevaban y, sobre todo, que todos los robos se producían en fines de semana. Esa fue la clave. Los policías comprobaron que los ladrones no vivían en A Coruña, ni siquiera en Galicia. Residían en Barcelona y los fines de semana se desplazaban a su trabajo en avión. Del aeropuerto de El Prat a Alvedro, con billete de ida y vuelta. Los agentes siguieron a los sospechosos y los detuvieron cuando descansaban en una de las habitaciones que habían alquilado en un céntrico barrio coruñés para pasar las noches del fin de semana.

Esa era una banda itinerante. La palabra más utilizada desde hace años en Galicia por las autoridades para explicar las olas de robos que se producen en la comunidad con cierta periodicidad. «Vienen, dan el golpe y se marchan», explica un mando policial. Esa forma de actuar dificulta en gran medida el trabajo de las fuerzas de seguridad. Lo de los delincuentes que se trasladan en avión es un caso llamativo, pero inusual. Lo más frecuente es que esas bandas se acerquen a Galicia desde comunidades más próximas y que lo hagan en coche, en autobús o en tren. Tratan de pasar inadvertidos. Normalmente alquilan un piso para poder establecer su cuartel general en una zona determinada y desde ahí se mueven hacia sus objetivos. Cuando los investigadores empiezan a atar cabos para dar con los ladrones estos ya han desaparecido.

No hay bandas establecidas

Ese tipo de bandas, que actúan ocasionalmente, son las que más abundan en Galicia. Tal vez por eso la comunidad sea una de las más seguras, porque los delincuentes no se establecen aquí. Solo vienen de vez en cuando. La estadística no falla. Los datos de robos en el verano ofrecidos por el Ministerio del Interior indican que en A Coruña hubo cien robos más que el año pasado por esas mismas fechas. Son los 102 robos que la policía le atribuye a la banda que venía desde Barcelona.

Por eso, porque los peores ladrones no residen aquí, Galicia es una comunidad segura. «Uno de los lugares más seguros para vivir e invertir», se atrevió a decir el anterior delegado del Gobierno, Samuel Juárez, cuando presentó los datos de delincuencia de los primeros nueve meses del año. En ese tiempo, los robos en viviendas -que causan una importante sensación de inseguridad- descendieron en toda Galicia, excepto en la ciudad de A Coruña. Y los descensos son muy significativos, ya que ese tipo de delitos se redujeron un 49 % en Pontevedra; un 48 % Ourense; un 38 % en Lugo; un 32 % en Ferrol; un 28 % en Santiago, y un 4,7 % en Vigo.

El indicador de criminalidad

Otro indicador apunta a que cuando nos referimos a Galicia podemos hablar de una comunidad segura es el de la tasa de criminalidad, que mide el número de infracciones penales por cada mil habitantes. Esta es de 28,3 puntos en Galicia, y está por tanto muy por debajo de la tasa registrada en España, que supera los 44 puntos.

Pese al atraco mortal de Vigo, también los policías y guardias civiles saben que están destinados en una comunidad más segura que otras. Quienes conocen los peligros de ciudades como Madrid (con 159.000 delitos en nueve meses) o Barcelona valoran las diferencias. «Nunca te puedes confiar en un servicio, pero las cosas no son aquí iguales que en algunos barrios de Madrid», asegura un policía. Y lleva razón. En los primeros nueve meses del año todas las tipologías delictivas tuvieron una tendencia a la baja en Galicia respecto a lo ocurrido el año pasado. Interior contabilizó en la comunidad entre enero y septiembre 59.275 delitos y faltas, y el dato más elevado correspondió a los hurtos y a los robos en domicilios y otros locales. La delincuencia violenta se redujo un 10 % y se cometieron 12 homicidios o asesinatos en Galicia. Esa tendencia al descenso es la que desde hace años lleva a las autoridades a hablar de Galicia como un lugar seguro. O mejor dicho, un sitio solo de paso en el que no se quedan las bandas más peligrosas.