Dos detenidos por matar y descuartizar a un sudamericano en Ponteareas

L. C. Llera / M. Torres PONTEAREAS / LA VOZ

GALICIA

...El presunto descuartizador de Ponteareas, José Antonio Frutos Ayala
...El presunto descuartizador de Ponteareas, José Antonio Frutos Ayala Luis Carlos Llera

El presunto autor se entregó a la Guardia Civil tras llevar un tiempo viviendo oculto en albergues de Portugal

04 dic 2014 . Actualizado a las 13:53 h.

La Guardia Civil ha detenido a dos personas, un paraguayo y un gallego, en relación con la muerte del venezolano Jose Jesús Isasis, que apareció descuartizado dentro de un arcón congelador en un piso de Ponteareas el pasado 11 de junio. La jueza imputa el asesinato al paraguayo José Antonio Frutos Ayala. El arrestado como presunto encubridor es D.P.A., natural de Ponteareas, que fue detenido por la Policía Judicial de la Guardia Civil en la localidad de Gondomar. El caso continua bajo investigación.

El empresario de la construcción José Antonio Frutos Ayala ingresó ayer en prisión tras prestar declaración ante la jueza titular del juzgado de instrucción número 3 de Ponteareas. El presunto asesino estuvo fugado seis meses y, al parecer, huyó en un primer momento a su país pero luego regresó y se escondía en Portugal donde vagabundeaba y se ocultaba en diversos albergues para personas sin techo.

El supuesto autor de la muerte del joven se entregó el martes por la noche, lo que le proporcionará beneficios penales cuando su caso sea juzgado. Tras ser detenido y pasar la noche en el cuartel de la Guardia Civil de Ponteareas, Jose Antonio Frutos Ayala, de nacionalidad paraguaya, estuvo prestando declaración en el juzgado de instrucción número 3 de Ponteareas durante dos horas, delante de su abogada de oficio y respondiendo a las preguntas de la jueza y de la fiscala. Después de la comparecencia, la jueza decretó su ingreso provisional en prisión incondicional sin fianza.

Congelado

El pasado 11 de junio fueron los dueños del piso de la avenida Castelao de Ponteareas, donde Frutos vivía de alquiler, quienes hallaron un arcón sellado y rodeado con cadenas en el interior del inmueble. Frutos Ayala, su arrendatario, había abandonado el piso tras acumular varias mensualidades sin pagar. Cuando la Guardia Civil abrió el arcón, encontró el cadáver del joven al que habían descuartizado a la altura de las rodillas para que cupiera dentro del arcón.

Dadas las extrañas circunstancias en las que apareció el cadáver, que estaba congelado, no fue fácil proceder a la identificación legal del cuerpo porque no se le podían tomar bien las huellas. El muerto resultó ser José Jesús Isasis González, un venezolano que residía en Gondomar con su hermana, quien llevaba desde el pasado 21 de marzo sin saber nada de él. La familia notificó su desaparición y comenzaron las investigaciones.

La fiscalía no ha aclarado después del largo interrogatorio de ayer cual fue el móvil del crimen que ha llevado a frutos Ayala a la cárcel. Uno de los motivos que se ha barajado es un ajuste de cuentas por asuntos relacionados con el narcotráfico, Isasis fue uno de los procesados por el alijo de cocaína que apareció en el pesquero San Miguel en el 2008. Los casi 4.000 kilos de droga hallados en aquella operación, en la que hubo 15 detenidos, fueron desembarcados en Vigo e interceptados por Vigilancia Aduanera. Isasis alegó que le obligaron a dirigir el barco sin saber que en alta mar se produciría un trasvase de la droga. En su día la autoridad judicial lo puso en libertad con la condición de firmar periódicamente en el cuartel de la Guardia Civil.

El lugar donde se cometió el atroz crimen era discreto. La vivienda está situada en la populosa avenida de Castelao en un edificio de cuatro alturas. En la entreplanta se encuentra una oficina de una empresa que es utilizada de vez en cuando por los gestores de una compañía de recambio de cristales de vehículos. Como la oficina la usaban poco, no detectaron nada extraño de lo que ocurría dos pisos más arriba. En el resto del inmueble no vivía nadie, lo que garantizaba la discreción de los moradores del único piso habitado. Por estas circunstancias se tardó bastante tiempo en hallar el cadáver

Cuando se descubrió lo que había ocurrido y que el inquilino de la vivienda había desaparecido, los habitantes del barrio no daban crédito. «Era una persona afable que charlaba con todo el mundo. Era simpático y parecía buena persona», aseguraba ayer un vecino de su entorno.