El empresario fue voluntario porque nadie lo detuvo pese a la orden de la jueza

La Voz

GALICIA

11 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La jueza Estela San José acordó el pasado jueves por la mañana la detención de Jorge Dorribo, además de por sus incomparecencias, por el riesgo de fuga. Adoptó la medida después de que el 24 de octubre firmase el auto final de la Campeón, en el que atribuía al empresario múltiples delitos. El escrito de acusación del fiscal daba por buenas las apreciaciones de la instructora. El documento del ministerio público tuvo entrada en el Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo el pasado 31 de octubre.

La orden de detención de la jueza, sorprendentemente, no tuvo ningún tipo de efecto. Nadie detuvo a Jorge Dorribo. El empresario siguió libre durante tres días y medio hasta que ayer decidió acudir voluntariamente al juzgado de Estela San José para hacer frente a la situación.

Nuevo abogado

Dorribo se presentó ayer por la mañana en el juzgado. Llevó para defenderle al abogado coruñés, con raíces lucenses, Francisco Abuín. Este profesional será el que le asista a partir de ahora después de que renunciase a su defensa el madrileño Ignacio Peláez. La pasada semana le asignaron una abogada de oficio, pero fue un simple trámite. Él ya negociaba con este letrado la defensa en el caso Campeón y también en otros asuntos que tiene pendientes. Abuín no quiso hacer declaraciones cuando salió de la comparecencia de su cliente ante la jueza.

La presentación voluntaria en el juzgado fue consecuencia de que la jueza comunicó previamente la orden de detención a quien representaba al empresario lucense, según destacaron fuentes del TSXG quienes, por otra parte, aseguraron que no era competencia del juzgado instructor la detención del empresario después de cursada la orden por parte de la jueza. Añadieron que se trataría, en todo caso, de una cuestión de las fuerzas del orden, de la organización de su trabajo y de los plazos que manejan.

Jorge Dorribo llegó a los juzgados a las 10.50 horas y las 11.15 salió escoltado por dos guardias civiles que después lo introdujeron en un furgón y lo trasladaron a la prisión de Bonxe, a la que llegó sobre las doce de la mañana.