La corporación compostelana ha mudado notablemente en el actual mandato. De los 25 concejales que lo estrenaron el 1 de julio del 2011 -más tarde que los demás municipios por el litigio electoral que mantuvieron por un puñado de votos el PP y los grupos ahora de la oposición-, más de la mitad ya no están en la corporación. El PSOE registró dos bajas. El predecesor de Conde Roa decía adiós a la política local después de las últimas elecciones autonómicas, en las que logró escaño. Pero a Xosé Sánchez Bugallo lo acompañó en su marcha voluntaria la también socialista Marisa del Río.
El resto de las bajas, hasta doce, se concentraron en el PP, de modo que del equipo de Conde Roa solo se mantiene Reyes Leis, concejala de Turismo y mano derecha de Currás, aunque con Hernández ha pasado a un segundo plano. Abría ese camino el propio líder municipal y candidato de los populares, Gerardo Conde Roa, al saberse que defraudó a Hacienda. Le seguirían Paula Prado, que renunció cuando fue nombrada portavoz del PPdeG; y Albino Vázquez Aldrey, tras ser detenido en el marco de la operación Manga, una variante de la Pokémon.
Siete de las bajas populares se debieron a la condena por prevaricación de los miembros de la junta de gobierno que aprobó pagar con dinero público la defensa legal de su compañero Adrián Varela, imputado en la Pokémon, por entonces edil de Deportes y que dimitió días antes de que sus compañeros fueran inhabilitados, al igual que Rebeca Domínguez (Xuventude), quien se marchó ese mismo día por voluntad propia por sus discrepancias con Currás.
Eran once bajas, hasta ayer, en que llegaron a doce con la dimisión de Currás, edil de Relacións Institucionais pero que no tenía competencias reales desde que se vio obligado a presentar su dimisión como alcalde por imposición del propio presidente del PPdeG y de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Su renuncia se formalizará en el próximo pleno, el día 28, si antes no hay ninguna sesión extraordinaria.