El ciberacosador de Vigo se deshizo de sus ordenadores

E. V. Pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

La Guardia Civil solo halló en su casa un disco duro externo y su móvil, y tuvo que bajar 700 fotos de la red social donde él actuaba

28 oct 2014 . Actualizado a las 09:38 h.

La Guardia Civil de Granada sospecha que el monitor de baloncesto femenino de un colegio religioso de Vigo, detenido por ciberacoso a niñas, se deshizo de sus ordenadores personales, lápices de memoria y casi todo el material informático que le podía incriminar antes de que los agentes registrasen su casa.

Cuando inspeccionaron su domicilio en Vigo hace dos meses, solo hallaron un disco duro externo y su teléfono móvil, que requisaron. En el cuartel de Granada, sospechan que Nicolás B. ocultó o «quitó de en medio» el resto de sus dispositivos informáticos porque, quizás, se olió que las autoridades estaban detrás de su pista y «sabía que iban a por él».

El móvil que se incautó la Guardia Civil dio valiosas pistas, pues aún almacenaba, al parecer, fotos íntimas y mensajes de las conversaciones que el sospechoso mantenía con menores a través del WhatsApp. El incriminado no las había borrado.

La desaparición de los ordenadores del monitor infantil obligó a la Guardia Civil a recabar pruebas mediante un laborioso sistema manual. Los agentes entraron en las redes sociales de Internet, sobre todo Tuenti, donde operaba el sospechoso, y descargaron una por una las 700 imágenes que podrían incriminarle. De esta forma, pudieron reconstruir sus actuaciones y localizar a 13 víctimas. Tres de ellas, de entre 12 y 15 años, han sido plenamente identificadas en Vigo y sus municipios aledaños. E interrogadas.

La Guardia Civil admite que, a día de hoy, no puede demostrar que el ciberacosador intercambiase en las redes de pedófilos las fotos íntimas de sus víctimas a cambio de que los otros adultos le surtiesen de material. «No hay pruebas», dicen.

Un indicio que levanta sospechas es que las menores recibían imágenes pornográficas como la que vio una madre de Granada en el WhatsApp de su hija. De ahí se deduce que el implicado tenía acceso a fotos que alguien compartía con él. La investigación se estanca aquí.

Buscan a más víctimas

Durante estos días, la Guardia Civil de Granada está a la espera de que más menores afectadas reconozcan al impostor, que fingía ser Daniela Martínez, y denuncien su caso ante las autoridades. «En estos días, ninguna chica más se ha atrevido a contar lo que le pasó, creemos que hay más víctimas y las buscamos», dijo un portavoz en Granada.