Romeu denuncia que las desigualdades crecen, y Beiras y Jorquera critican el «expolio» de Galicia

D. Sampedro / S. Lorenzo LA VOZ / SANTIAGO

GALICIA

Beiras se encaró con Feijoo tras su segunda intervención y abandonó el Parlamento
Beiras se encaró con Feijoo tras su segunda intervención y abandonó el Parlamento Alvaro Ballesteros

Los grupos de la oposición lamentan las políticas «alonxadas da realidade» de la Xunta

08 oct 2014 . Actualizado a las 08:01 h.

El portavoz del PSdeG, José Luis Méndez Romeu, aprovechó su primera intervención en el debate de la autonomía para echar la vista atrás, concretamente al año 2009, que fue cuando Feijoo se instaló en Monte Pío como presidente de la Xunta. Identificó los que, en su opinión, son los principales problemas del país -«O paro, a pobreza e a desigualdade», enumeró- y lo hizo para destacar que los tres «aumentan día a día» debido a que no están entre las prioridades de la Xunta.

No dejó escapar Méndez la oportunidad de criticar abiertamente a Feijoo por citar en su discurso matinal a Roosevelt, convertido por el portavoz socialista en el adalid de haber impulsado la economía en Estados Unidos aplicando las recetas keynesianas del incremento del gasto público, y no mediante la austeridad. Hasta ahí todo correcto, aunque en realidad Feijoo citó a Theodore Roosevelt y no al Franklin D. Roosevelt del New Deal aludido por Méndez.

Su cita particular la reservó el portavoz socialista para Winston Churchill, al recordar aquello de que las estadísticas «debidamente torturadas din o que un queira». E invocó la frase para acusar a Feijoo de practicar la «tortura estatística» para ocultar las peores tasas de empleo y de actividad respeto a la media estatal. «Leva cinco anos -le dijo Méndez a Feijoo- e anota 121.600 desempregados máis que no 2009».

Al igual que hiciera en el debate del año pasado, Méndez volvió a reclamar «por enésima vez», dijo, un plan de empleo dirigido a crear 50.000 puestos de trabajo. Recordó que el PP no lo apoyó entonces, del mismo modo que receló del cumplimiento de algunas propuestas en materia de empleo esbozadas por Feijoo por la mañana.

A modo de conclusión, relató Méndez que existe una «falta de credibilidade» para todas las promesas de Feijoo, algo que se resume en asuntos como Navantia y los contratos de Pemex. E insistió también en poner el diálogo por delante, pero dejando claro que no se podrá hablar de recuperación «ata que os dereitos sociais sexan recuperados».

Beiras pide unidad para una «rebelión cívica»

Había erupcionado tras la intervención inicial de Feijoo y, tal vez por ello, afrontó con más sosiego su discurso. Beiras quiso darle altura, rebuscando en la historia las semillas de las que germinó la crisis actual. Parecía que le costaría bajar a lo concreto, pero lo hizo apoyado en una referencia a Alfredo Brañas y una lección de 1892 en la Universidade de Santiago. Reseñó Beiras que, al hilo de la crisis de la época, el profesor con cuyo nombre el PP creó una fundación «denunciara a concentración e centralización do poder económico e político como causa primordial, e defendera un programa radical de autogoberno para Galicia, con institucións e potestades xurídicas e políticas que hoxe farían rebentar o corsé do actual Estatuto».

El portavoz de AGE hilvanó, a partir de esa reflexión, analogías entre sucesivos períodos de crisis hasta situar en los albores de la década de los setenta el inicio de la actual. De ahí saltó al retrato de los «xigantescos poderes [económicos] que causaron a actual crise e someteron aos poderes políticos aos seus ditados». En esa tesitura, señaló que «o problema do noso pobo está na absoluta indefensión fronte a eses poderes». Y llegó a Feijoo, al que imputó el rol inverso al que le toca: «Vostedes non utilizan o poder que lles deron os cidadáns para defendelos, senón para sometelos ás agresións que lles dictan os seus amos». De nuevo, irrumpió el Beiras volcánico, que evocó en dos ocasiones al líder de Podemos, Pablo Iglesias. «Non teñen escrúpulos e por tanto non teñen escusa nin perdón».

Beiras, que reivindicó el derecho a decidir, llamó a la unidad política y social en favor de una «rebelión cívica», «no combate contra a besta». En el camino, destapó un episodio de la etapa de diálogo institucional que mantuvo con Fraga en su último mandato. Aseguró que el fundador del PP le confesó tener graves problemas con la dirección del partido en Madrid para blindar las competencias del Estatuto. En Génova, recordó, pilotaban entonces Aznar y Rajoy. Después, en su última intervención, Beiras explotó y se encaró con Feijoo ante su escaño. «Sodes unha vergoña, pero a min dáme igual porque xa me queda pouco», les dijo.

Para Jorquera, Feijoo no tiene proyecto de Gobierno y de país

La trasposición a la situación actual de una extensa cita de la obra cumbre de Castelao, Sempre en Galiza, fue el hilo conductor que siguió ayer el portavoz parlamentario del BNG para pedir cuentas a Feijoo por su gestión, demandar medidas contra la corrupción y pedir al Gobierno gallego que se posicione ante un proceso que describió como la entrada de España en una segunda transición. Francisco Jorquera trazó una relación entre los males que aquejan a una Galicia «empobrecida pola situación de dependencia» y lo que consideró una pérdida galopante de peso político respecto a País Vasco y Cataluña. Así, desde el primer minuto, su argumentación se encaminó a la idea que la cerró: «A irrelevancia política conduce á irrelevancia económica e social».

De entrada, el portavoz del Bloque repasó cifras del mandato y medio de Feijoo, que después le corrigió algunas. Habló de casi 300.000 parados y más de 100.000 hogares con todos sus miembros sin empleo, más de 650.000 familias en riesgo de exclusión y seis de cada diez con dificultades para llegar a fin de mes. «Non ten proxecto de Goberno nin proxecto de país», reprochó. Objetó que, al tiempo que el jefe del Ejecutivo predica que «non se pode gastar o que non se ten», destina 250 millones a centros concertados. En materia financiera, Jorquera pidió la reapertura de la comisión sobre las cajas de ahorro, clamó contra el «saqueo por Hacienda» de los emigrantes retornados, tachó de «espolio do noso aforro» la venta de Novagalicia Banco, y planteó varias medidas para combatir la corrupción. «Acabemos coa política de porta xiratoria e coa privatización de servizos públicos», planteó Jorquera, que incorporó en ese capítulo una llamada a «rexenerar a democracia» en la radio y la televisión pública autonómica. «Non pode ser unha ferramenta de propaganda do Goberno», advirtió.

Estos y otros problemas encontraron un diagnóstico de Jorquera en la inhibición de la Xunta ante el debate soberanista que dio lugar al referendo escocés y la presión de la Generalitat por la consulta en Cataluña. «O problema de Galicia non é a posición catalana, senón a ausencia dunha posición de Galicia nesta cuestión. ¿Que futuro quere para Galicia? ¿Un futuro onde só unha minoría pode vivir dignamente do seu traballo?». Jorquera proclamó que «o nacionalismo galego non parará ata que o noso pobo vexa recoñecido o seu dereito». Y se retiró aplaudido por Beiras.

Carmen Iglesias: «É hora de acabar coa profesionalización da política»

La portavoz del Grupo Mixto, Carmen Iglesias, arremetió contra el descrédito de la clase política: «É hora de acabar coa profesionalización da política», planteó. Denunció también los recortes, la imposición de nuevos copagos en la sanidad y las restricciones a las políticas de igualdad.