Angela Merkel: «Llevo un recuerdo para toda la vida»

d. sampedro / i. carballo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Angela Merkel se declara conmovida por el Camino de Santiago y la catedral

26 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Casi 21 horas duró la inmersión de la canciller alemana, Angela Merkel, en la idiosincrasia gallega. En ese tiempo, la bundeskanzler sudó la camisa en un pequeño tramo del Camino de Santiago, le hablaron de arte, de cultura, le regaló a su cuerpo buenos pescados y caldos de la tierra, a la vez que tuvo la oportunidad de pernoctar en el Hostal dos Reis Católicos y contemplar con detenimiento el pórtico de la Gloria. Su estampa, a medio camino entre la Angela peregrina y la Merkel emperatriz, quedó inmortalizada en el teléfono de decenas de curiosos que siguieron sus pasos y la capital gallega dejará una huella imborrable en ella. «Nunca lo voy a olvidar, es un recuerdo que me va a quedar para toda la vida», confesó ayer, justo después de declararse especialmente «conmovida» con lo que sintió recorriendo la ruta jacobea.

El domingo apenas pudo fijarse en la fachada de la catedral cubierta de andamios durante los breves encuentros con el público que la esperaba -unos para abroncarla por la política de recortes de la UE, otros para estrecharle la mano y ofrecerle un aplauso-, pero ayer pudo dedicarle algo más de media hora al interior de la basílica. Tras el cambio de planes para evitar concentraciones de protesta en el Obradoiro, Merkel y Rajoy salieron del hostal pasadas las 10.30 horas y con paso rápido cubrieron el recorrido, acotado para un público escaso, hasta el pie de la escalinata donde esperaban el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo; el delegado del Gobierno, Samuel Juárez; el alcalde de Santiago, Agustín Hernández; el arzobispo, Julián Barrio; y el deán, Segundo Pérez.

Las autoridades eclesiásticas fueron cicerones durante la visita de Merkel, que hizo un alto, rebasado el pórtico, para contemplar la nave en toda su monumentalidad. En el recorrido hacia el altar mayor, la canciller fue reclamada por varios peregrinos y turistas, uno de ellos un alemán con el que cruzó unas palabras. La basílica estaba llena de público que, sabedor de la visita y con sus cámaras a la búsqueda de la mandataria, no abandonó su asiento tras la misa anterior.

El pórtico desde el andamio

No pudo disfrutar del espectacular baile del botafumeiro y los tiraboleiros, pero sí cumplió con el rito del abrazo al Apóstol. Merkel se detuvo en la cripta antes de desandar el camino hacia el pórtico de la Gloria. La obra cumbre del románico fascinó a la canciller y si los andamios fueron un estorbo para admirar la fachada, los de la creación del maestro Mateo le permitieron verla en todos sus detalles. Siguió muy atentamente las explicaciones del significado del pórtico y sobre su rehabilitación, hizo preguntas y observó el conjunto escultórico desde el andamio durante varios minutos, mientras los turistas la fotografiaban desde abajo. Al descender, el artista Cándido Pazos le entregó una edición facsimilar de su obra reciente sobre el Códice Calixtino.

De regreso al hostal, Merkel no perdió la sonrisa. Otra vez, más abucheos que aplausos, escena que se repetiría a las 14.15 horas, al salir con destino al aeropuerto.