Las comidas y la ayuda alimentaria en su conjunto es lo más urgente, pero no la partida principal de gasto. «Estamos atendiendo sobre todo alquileres y los recibos propios de la vivienda, como los de agua, gas butano y electricidad, y eso normalmente cuesta más que las comidas», asegura Vicente Iglesias Martelo, director de Cáritas Interparroquial de A Coruña.
¿Y los ingresos? ¿De dónde vienen? Las cifras de Cáritas Diocesana de Santiago son representativas: la mayor partida procede de donaciones, colectas y legados; luego vienen las subvenciones de entidades privadas; a continuación las públicas y luego, las colectas. «Siempre tenemos que estar muy agradecidos a los donantes -añade Iglesias Martelo-, incluso a los más pequeños. La colecta que se hace un domingo al mes en las parroquias ha bajado un poco, se nota la crisis, pero lo compensa la mayor generosidad de algunos colectivos, empresas, fundaciones como la de Amancio Ortega o la Barrié, el Ayuntamiento. Cuando un empresario dona 20.000 euros, ya nos arregla el mes».