Decenas de viajeros salvaron la vida al abandonar los coches en la autovía

m. cabana / L. Rey / L. López LUGO / LA VOZ

GALICIA

Una fallecida y 49 heridos es el balance del choque en cadena por la niebla en la A-8

26 jul 2019 . Actualizado a las 18:01 h.

Fue un milagro que casi todos los ocupantes de 35 coches escapasen con vida de sus vehículos antes de que varios camiones los aplastasen como un acordeón en un choque en cadena ocurrido en la A-8 a causa de la niebla. Solo perdió la vida una conductora, Natalia López Arias, que se bajó del vehículo después de verse atrapada en el choque en cadena y fue arrollada por el primer camión que impactó contra el amasijo de coches. La víctima es una enfermera de 35 años.

En el alto do Fiouco, entre los municipios de Mondoñedo y Abadín, se encontró pasadas las once y media con el habitual banco de niebla espesa que no permitía en ese momento ver a más de 4 metros de distancia. Tras impactar contra otros vehículos que ya habían colisionado en el espesor de la niebla, se bajó del coche para huir del amasijo de hierros pero no fue capaz. En ese momento llegó el primer camión de los tres que acabaron impactando contra el montón de coches. El vehículo pesado, un transporte frigorífico de una empresa de pescados de Vigo fue el primero en golpear contra los coches, hizo la tijera debido al fuerte frenazo y parece que en ese momento falleció la enfermera, cuyo cadáver apareció bajo de un remolque y con un brazo seccionado. Tras este camión impactaron más coches y finalmente llegaron otros dos trailers que también acabaron impactando contra el amasijo de hierro. Primero el de una empresa de transportes del País Vasco y a continuación el de suministro de un supermercado. Por detrás de los dos vehículos pesados siguieron produciéndose choques por alcance de turismos, hasta completar un total de 25 implicados.

Los heridos más graves se produjeron en los coches que se vieron arrollados por los camiones, alguno de los cuales quedó completamente irreconocible, pero los ocupantes habían escapado segundos antes. Esta colisión se produjo en el kilómetro 549 en el carril en sentido Lugo, cuando la autovía alcanza el punto más alto (700 metros) y comienza un largo descenso hacia Abadín. El piso estaba húmedo debido a la niebla y la visibilidad era literalmente de tres o cuatro metros de distancia. Varios conductores aseguraron que ni siquiera se veían las luces especiales para la niebla que el ministerio colocó sobre la bionda: «As balizas antinéboa non se vían». El alcalde de Mondoñedo, Orlando González, dijo que el accidente es la prueba de que las balizas «non son suficientes».

Debido a la larga columna de vehículos que se vio atrapado por el accidente, al final de la cola se produjo otro choque en cadena por alcance. Fue 400 metros antes que el anterior, casi encima del viaducto de O Fiouco. Se vieron implicados un camión, tres coches y la caravana de unos viajeros holandeses. En este percance no hubo heridos graves aunque dos de los coches quedaron literalmente destrozados. Minutos más tarde se produjo otra colisión por alcance en el otro carril de la autovía. Por la misma causa, la niebla, otros cinco vehículos se vieron implicados. Quedó completamente colapsada la autovía A-8.

La situación era dantesca, narró un conductor implicado. «No se oían más que gritos de la gente, frenazos de coches y golpes, pero no se veía más allá de tres metros. Casi todos abandonamos los vehículos y subimos a los terraplenes de la autovía en un estado de pánico; no sabíamos lo que podría ocurrir ni cuanta gente había allí atrapada», explicó temblando un conductor. Además de una víctima mortal, se registraron 49 heridos, de los que 8 siguen hospitalizados. Uno de ellos en el hospital de Lugo, en estado de máxima gravedad, y otros tres con diversos politraumatismos. En el hospital de Burela hay otros dos, dos ingresados. Los 41 heridos restantes fueron dados de alta a lo largo de la tarde.

Una enfermera ourensana de 35 años con una hija de corta edad

La única víctima mortal del accidente múltiple es una enfermera de la localidad ourensana de A Valenzá (Barbadás), de 35 años, casada y con una hija de corta edad, que trabajaba en una ambulancia medicalizada del 061 en Foz. Había salido de trabajar de su turno a las nueve de la mañana y emprendido el viaje por la autovía A-8 de regreso a su casa, cuando se encontró con el accidente múltiple en el que perdió la vida.