El arzobispo pide para los gobernantes «constancia na busca do ben común»

La Voz

GALICIA

26 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Instaurada en 1643 por Felipe IV, la invocación anual al Apóstol cada 25 de julio suele durar, como ayer, algo más de una hora y media. No obstante, lo sustancial se reduce a una quinta parte de eso: el discurso del oferente y la réplica del arzobispo de Santiago. En su homilía, Julián Barrio elevó al altar de la catedral los deseos que el rey había formulado, «para que todos os pobos, e de xeito especial o galego, manteñamos unha convivencia solidaria non esquecendo as nosas raíces». No obstante, sin citarlas, se acordó también de aquellas zonas del mundo en guerra, para las cuales solicitó la paz al patrón de España.

El purpurado, igualmente, no se abstrajo de la actualidad de un país en aprietos económicos y con problemas de corrupción. «Pido polas persoas e as familias que sofren as consecuencias da crise moral e económica que estamos a padecer, e por todos os gobernantes, para que teñan fortaleza, xenerosidade e constancia na busca do ben común e da renovación ética da nosa sociedade», clamó.

Barrio también agradeció a don Felipe y a doña Letizia su presencia en la basílica no siendo el 2014 un año santo, y a los anteriores reyes, su «generoso trabajo y servicios realizados».