260 nidos de solidaridad en Galicia

m. santalla / c. ramos REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Las familias acogedoras atienden temporalmente a menores que precisan protección

29 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Jóvenes que todavía no han tenido hijos, mayores cuyos retoños ya han volado fuera del nido, parejas, hombres o mujeres solos. Cualquiera de estas definiciones puede retratar a una familia de acogida, un recurso de protección cuyo fin es cuidar a uno de los eslabones más débiles de la cadena social: los menores.

La Administración, en el caso de Galicia la Consellería de Benestar, tiene la responsabilidad de dar respuesta a las dificultades a las que puedan enfrentarse los niños. Sus causas son enormemente diversas: la falta de atención de sus padres, los malos tratos, los problemas de adicción, o incluso la enfermedad de sus tutores. Las alarmas saltan a través del teléfono del menor o directamente a través de los departamentos de servicios sociales, e inmediatamente se acciona el mecanismo que debe conducir a la protección del pequeño.

Lo deseable, dicen los profesionales, es que un niño crezca en su núcleo familiar, pero en ocasiones es inevitable su separación del mismo. Para ello se han diseñado varias figuras, entre ellas el acogimiento en familia ajena, que desde hace casi veinte años coordina Cruz Roja en Galicia.

El programa se ocupa de tejer una red de familias acogedoras entre las que se escoge, en cada momento, la más adecuada para las necesidades del menor o menores. En este caso no hay contacto previo con el niño, y además se plantea como una medida temporal que puede durar días, semanas, meses e incluso años, pero cuyo objetivo, en todo caso, es que los pequeños regresen con su familia. Estas son las características que definen el acogimiento en familia ajena.

Desde que el programa echó a andar ha experimentado un crecimiento muy lento pero continuo. En la actualidad hay en Galicia 260 familias, con pequeñas oscilaciones mensuales, dispuestas a acoger. A finales del año 2012 eran 254, después de que ese año se hubiesen incorporado 25. Al año siguiente, en el 2013, se sumaron 40, pero también hubo bajas. De las 260 familias disponibles, cien están ahora mismo acogiendo a 146 menores.

A juzgar por el porcentaje de familias que están en espera, podría parecer que el programa está sobrado de voluntarios. No es así. Desde Cruz Roja explican que «suficientes no son nunca». La coordinadora del programa, Mónica Castelao, lo explica así: «Puedes pensar que está bien, porque tampoco hay tantos niños en espera, pero lo que ocurre es que, aun teniendo familias disponibles, hay niños a los que no les podemos dar una respuesta, porque las familias que están en espera y que están deseosas, porque para algo están en la red, no responden a las características que se necesitan. A lo mejor porque la familia está en Vigo y el niño está en Ferrol y tiene visitas con su papá y con su mamá dos veces a la semana, o porque lo que tenemos en espera es un niño con necesidades especiales que requiere una dedicación plena, o porque es un grupo de hermanos. Tiene que haber familias que respondan a esas necesidades y por eso necesitamos incorporar familias muy diferentes».

Esta necesidad de núcleos acogedores muy diversos es la que hace que Cruz Roja esté en permanente búsqueda de nuevas familias. Después se abre un proceso de conocimiento de los candidatos y de formación de los mismos, hasta que llega el momento de llevar a un pequeño a casa. También en este momento existe un seguimiento por parte de los profesionales responsables del programa, aunque el objetivo es lograr la menor injerencia para que tanto el niño como la familia lleven una vida lo más normalizada posible.

El apoyo de los servicios psicológicos no faltará tampoco a la hora de adiós, porque aunque las familias saben que el acogimiento es temporal, siempre se crean vínculos que es duro romper. Aunque en ocasiones es posible mantener el contacto, tanto los niños como su familia de acogida son preparados para afrontar ese momento.

Con todo, esta no es la única modalidad de acogimiento. Benestar, con la colaboración de otras oenegés, gestiona también la acogida en familia extensa, con otros miembros de la familia de los niños, el acogimiento residencial -en centros especializados- y la adopción.