Agustín Hernández: «¡Si alguien me dice esto cuando Conde Roa presentó su lista...!»

Serafín Lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

«Santiago ha pasado episodios lamentables; debemos reconducir la situación»

22 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Recibe en el Parlamento, a medio camino entre el despacho de conselleiro de Medio Ambiente que deja en San Caetano y el de alcalde de Santiago que ocupará en Raxoi. Desde esa extraña interinidad, Agustín Hernández, madrileño afincado en el compostelano barrio de Pontepedriña, prepara el reto de levantar una ciudad sacudida por la sucesión de escándalos judiciales del PP. Será el tercer regidor del mandato, el segundo al que los ciudadanos no han elegido en las urnas.

-Así que bastó una mirada de Feijoo para que tuviera la certeza de su nuevo cometido.

-Sí. Tienes un análisis hecho. De la situación del Concello en relación al auto que obliga a renunciar a siete concejales y de la evidencia de que hay que cambiar esto y tomar decisiones. No hay que ser muy imaginativo. Sinceramente, era la solución.

-Pero algo habrían hablado.

-De Santiago nunca, salvo cuando me ofrecieron ir para cerrar la lista [la de Conde Roa del 2011] y se lo consulté. Era una experiencia, no pensando en nada más.

-Pues menuda papeleta.

-Sí. Se cumplió eso de que los últimos serán los primeros.

-¿Y cómo afronta este reto?

-Preocupado. La Administración local es diferente al papel que he tenido en mi vida profesional y política. Ahora el equipo es el del PP, pero debo liderar un proyecto y un partido en Santiago. Tendré que marcar más las directrices y procurar acertar. Me preocupa, pero lo afronto con ilusión. Dudas si estarás a la altura. Pero es lo que toca. Hay que hacerlo y hacerlo bien.

-La tarea se le ha complicado. El PP retrasó la solución y arrastra un desgaste excesivo.

-Ese comentario existe, pero conocimos un lunes la sentencia que inhabilitaba a los siete concejales, y en diez días se tomaron las decisiones para devolver la normalidad al Concello. Hay unos límites legales para habilitar cualquier alternativa, y es lo que hemos decidido. ¿Adelantarse al auto? No teníamos ningún dato para saber en qué línea sería. Lo respetamos, pero no lo compartimos en absoluto.

-Esa espera erosionó gravemente la imagen de Santiago.

-Todo lo que ha pasado ha contribuido a que Santiago se conozca por temas ajenos a por los que debería. Hay un deterioro y mi objetivo es hacer olvidar este episodio. Se están haciendo cosas que no se pueden poner en valor con tanto ruido.

-¿Qué cree que esperan los ciudadanos de esta etapa?

-Creo que en la ciudad hay un clamor para que no sea noticia más que por la normalidad, que existe en el ámbito de la gestión municipal, porque la ciudad sigue funcionando. Y que los políticos nos dediquemos simplemente a resolver los problemas.

-Se hará cargo del malestar de los vecinos. La desafección se alimenta de actuaciones como las que se dieron en Santiago.

-Entiendo cualquier pensamiento. Pero mi objetivo hasta las elecciones es demostrar que hay gente comprometida con la ciudad. Vamos a gestionar y resolver los problemas. Que la gente vea que somos capaces.

-Explica el retraso en actuar por la espera al auto sobre los siete ediles, pero ya había un alcalde doblemente imputado.

-El PP tiene el mismo comportamiento en todos los casos. Respetamos la presunción de inocencia y que hable la Justicia.

-¿Y hasta cuándo mantendrá a Ángel Currás en su equipo?

-Currás hace un servicio a la ciudad en una transición complicada, y tomará la decisión que él estime adecuada. Mientras esté en el equipo, trabajará para el.

-Imagine que la aventura no acaba con final feliz en las municipales. ¿Cuál es su plan B?

-Nunca pienso en un plan B ante los retos. A este, difícil, llego con ilusión y pensando que no fracasaré, lo que no significa que me presente a las elecciones y las gane. Simplemente, que voy a hacer el trabajo que se me pide: que Santiago sea un referente. Y que decidan los ciudadanos. Que puedan recordar que cuando tuve que dar un paso lo di, con ilusión y valentía.

-No me diga que salta sin red.

-Es difícil, pero ni se me ocurrió plantear ninguna condición.

-Seguro que sabe de las cábalas sobre su futuro si tropieza en las urnas. La Diputación, una secretaría de Estado...

-Nunca en mi vida profesional pedí nada a nadie. Sé en qué equipo milito y con qué personas juego el partido. Veo esta aventura como una necesidad, no como sacrificio, y de mí depende que sea una oportunidad.

-Si hace de esto su trampolín, lo mismo salta del ala municipal de Raxoi a la reservada a la presidencia de la Xunta.

-(Sonríe) Es curioso la cantidad de elucubraciones sobre una cosa tan sencilla. Si el día que Conde Roa presentó su candidatura en el Gaiás alguien adivinara cómo íbamos a estar ahora... tendría mucho miedo de esa persona. Han pasado episodios lamentables para Santiago. Hay vidas y dramas personales detrás. Toca demostrar a los indignados con el deterioro que ha sufrido la ciudad, a los afectados en lo personal y a los desilusionados con nuestro proyecto, que podemos reconducir la situación. Abordo ese objetivo sin ningún tipo de red. A pecho descubierto, en la plaza y para salir por la puerta grande.