Más de mil niños gallegos, pendientes de la apertura de comedores en verano

redacción / la voz

GALICIA

Una imagen de archivo del comedor del Colegio San Roque de Vivero.
Una imagen de archivo del comedor del Colegio San Roque de Vivero. pepa losada< / span>

Xunta, Concellos y padres de alumnos buscan alternativas para que los pequeños de familias sin recursos sean atendidos durante las vacaciones

16 jun 2014 . Actualizado a las 15:01 h.

La situación económica sigue poniendo en serios aprietos a muchas familias de Galicia que tienen serias dificultades para llegar a fin de mes. Durante el curso, para aquellas que tienen hijos resultan de gran ayuda los comedores escolares, que garantizan que los niños puedan al menos realizar una comida completa cada día; pero el problema llega justo ahora, cuando finaliza el curso, los colegios se cierran y el servicio de comedor desaparece hasta septiembre. Muchas familias estiran como pueden su dinero y consiguen al menos llevar un plato de comida a la mesa, pero en Galicia hay al menos mil niños que a duras penas pueden comer.

A pocos días para que remate el curso, oenegés, asociaciones de padres, y hasta la Defensora del Pueblo han alertado sobre el riesgo de que muchos pequeños pasen hambre durante los meses de verano, y muchos han planteado que los comedores se mantengan abiertos. La gravedad del problema ha hecho reaccionar a las Administraciones. Hace unos días, el Ministerio de Sanidad adelantó que destinará 17 millones de su fondo de inclusión a las comunidades para que luchen contra la pobreza infantil, ya sea a través de la apertura de comedores escolares o poniendo en marcha otras medidas.

Esta semana la polémica llegó también al Parlamento de Galicia. Allí se debatió una iniciativa de AGE sobre la apertura de comedores escolares. En este punto el debate, tanto en la Cámara como fuera de ella, se centra en si la apertura de comedores en verano es buena o si estigmatiza a aquellos chiquillos que tengan que recurrir al servicio. Los grupos gallegos lograron cerrar un acuerdo cuyo texto emplaza a la Xunta a tomar las medidas necesarias para evitar que ningún niño se quede sin comer. No obstante, se matizó la petición de que se mantuviesen abiertos los comedores escolares durante las vacaciones: se abre la posibilidad de que la Xunta firme acuerdos con los concellos para garantizar la asistencia, e incluso se podrían utilizar, si es necesario, las instalaciones de los centros educativos, aunque siempre como último recurso y en colaboración con los servicios sociales municipales. Será en los próximos días cuando se concreten las medidas que se pondrán en marcha para garantizar la nutrición de los críos.

Desde la Confederación Galega de AMPA de centro públicos (Confapa), Helena Gómez explica que son muy sensibles a este tema, puesto que conocen de primera mano las necesidades que pasan muchos alumnos durante todo el curso. Su preocupación sobre cómo se alimentarán durante los meses de verano ha hecho que se hayan dirigido al Valedor do Pobo para pedirle su intervención y que se tomen medidas al respecto. «Nos pidió que contabilizáramos cuántos menores se podrían ver afectados por esta situación, y no es ni uno ni dos. Solo en parte de la provincia de A Coruña, lo que es la comarca coruñesa y Barbanza, hemos detectado 115 casos graves de niños que necesitan comedores escolares en verano, porque viven en entornos muy desfavorecidos», explica Gómez.

Para la presidenta de Confapa la solución durante el verano no depende de los colegios ni de las asociaciones de padres, «porque los centros se quedan vacíos, no hay personal y además en agosto se cierran, por lo que es inviable». Por eso propone que sean los propios ayuntamientos, a través de las concejalías de Servicios Sociales, los que presenten alternativas para que los niños puedan comer, «pero que se haga siempre de manera elegante, para que los niños no se sientan pobres», especifica Gómez, que plantea la posibilidad de incluirlos en campamentos donde se les da ya de comer, en lugar de derivarlos a comedores sociales. «Para una familia es muy duro reconocer que no puede alimentar a sus hijos, y para los niños es muy duro tener que ir a comedores sociales», apuntó.

Algunos ayuntamientos están trabajando ya en la búsqueda de soluciones. En Pontevedra, donde calculan que hay unos 70 pequeños afectados, se estudia la ampliación en verano de las becas de comedor que tienen durante el curso. En Vigo, donde 220 niños necesitan ayuda para alimentarse, el Concello ha descartado abrir un comedor escolar y avanza que prestará atención domiciliaria a las familias en esa situación. También el Concello de Lugo está trabajando en un proyecto para que los niños que lo necesiten estén atendidos durante el verano.

En Arousa calculan que unos 200 escolares tendrán dificultades para comer en vacaciones, y en Ferrol, según los datos del grupo municipal del PSOE, en este curso escolar 374 niños estuvieron becados para asistir a los comedores, aunque admiten que no todos tendrían problemas económicos para comer con normalidad en verano. La oposición estima en unos doscientos pequeños los que sí necesitarían el comedor en verano.

Amigos de Galicia, que atendió el año pasado a más de 15.000 niños de familias con problemas económicos, anunció también esta semana que ampliará las bolsas de comida que entrega, en toda la comunidad, a los hogares que lo necesitan.

Información elaborada por Ana Lorenzo, Carla Elías, Rocío Pita, E. G. Souto, Nieves D. Amil, M. J. Fuentes, Susana Luaña, Fabio Suárez y María Santalla.