El esperpento como orden del día

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El Concello de Santiago entra en una situación terminal

09 jun 2014 . Actualizado a las 12:18 h.

Ni Ramón María del Valle Inclán habría podido conseguir un ejemplo más claro que el de la situación del Concello de Santiago para abundar en el esperpento. El día a día en el pazo de Raxoi, sede del Concello de Santiago, es tan absurdo y grotesco que bien podría convertirse en una trama del insigne autor.

En esta deformación sistemática de la realidad a la que asisten atónicos los ciudadanos de la capital de Galicia, el actor principal es el alcalde compostelano. Ángel Currás ha dedicado gran parte de esta semana a rebuscar en su agenda personas dispuestas a acompañarle en la tarea de gobierno hasta mayo del 2015. La tarea de gobernar con un equipo de mínimos, según sus cada vez menos allegados, ha sido fácil. Otros, funcionarios, trabajadores y políticos, siguen estupefactos la agitada actualidad, solo comparable a los días de la dimisión de Conde Roa o a la entrada de los agentes de Aduanas en el marco de la operación Pokémon.

La coprotagonista de esta película es la única, por ahora, primera teniente alcalde, Reyes Leis, que desde el lunes acumula más responsabilidad que el propio alcalde al asumir gran parte de las competencias de los siete concejales condenados por prevaricación al aprobar el pago de la defensa de Adrian Varela, imputado en la Pokémon y que también presentó la dimisión. Reyes Leis, convertida en la defensora de su jefe de filas y la única del equipo inicial del PP que no está imputada en ninguna causa, no está dispuesta a perder la oportunidad de echar balones fuera con la intención de dirigir los focos de atención hacia la oposición.

Ayer, en su comparecencia ante la prensa, Leis aún tuvo arrojo para reprochar a los ediles del PSOE y BNG «querer sacar tajada de la situación en lugar de ofrecerse y echar una mano» al equipo de gobierno. Ante las críticas de la oposición por el hecho de que solo dos ediles asuman todas las funciones de gobierno, Leis dijo que «a rentabilidade das dous exclusivas do PSOE está moi por debaixo das nosas».

Justo unos minutos antes, el socialista Francisco Reyes anunciaba la solicitud de un pleno para debatir sobre la situación del Concello y, de paso, pedir la dimisión del alcalde. La moción de censura sería una pérdida de tiempo, pero el portavoz del PSOE se empeñó en dejar muy claro que la iniciativa era de su grupo. Cuando se le preguntó si el BNG se sumaría a la petición, reconoció no haberle planteado esta opción a los nacionalistas, aunque aclaró que mantiene la puerta abierta.

Posteriormente, el portavoz del BNG, Rubén Cela, no pudo disimular su sorpresa cuando se le preguntó por su posible apoyo a la petición socialista de un pleno para solicitar la dimisión de Currás, lo que confirma que la oposición va por separado en esto de las imputaciones y dimisiones. Cela le recordó a Reyes que fueron los nacionalistas los que reclaman desde el principio la dimisión de «todos» los imputados de la corporación municipal e insistió, por otro lado, en responsabilizar de la situación del Concello al PP y a Núñez Feijoo, al que acusa de «prolongar a agonía» al no forzar la salida de Currás, que «válese agora dunha figura legal establecida no 2003 que se fixo para casos excepcionais». El portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, fue más allá: «Se Feijoo non toma medidas no esperpento do PP en Santiago ou é cómplice ou non ten autoridade».

Sin información

Otra de las peticiones de la oposición desde que se conoció la renuncia de los siete concejales es que se convoque con urgencia a la junta de portavoces para explicar la hoja de ruta para recomponer el gobierno, pero Currás tampoco considera que deban ser los partidos minoritarios en el Concello los que marquen los plazos de su desesperada búsqueda de apoyos externos. El alcalde dejó entrever que los llamaría cuando tuviera «algo que transmitir». Ayer, Francisco Reyes salió con el clásico de las parejas despechadas: que llamé él, que tiene mi número.

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