La jornada de reflexión de Feijoo

GALICIA

24 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En efecto, hay que mejorar la financiación autonómica. Y en manos del Gobierno de la Xunta está pelear por ello. Pero el anuncio hecho el jueves, precisamente el jueves, por la conselleira de Facenda («as prestacións básicas están en serio perigo» con el actual modelo) refrendado ayer por Feijoo (quien subrayó que este sobrecoste -500 millones de euros debido a la dispersión poblacional y al envejecimiento- no es soportable en el tiempo) asusta. Asusta porque es un aviso a navegantes que, históricamente, ha afectado a los navegantes de siempre, ya casi podríamos decir náufragos: las clases bajas y las clases medias, estas en proceso de disolución precisamente gracias a los sistemáticos recortes que ni se sugieren para otros ámbitos. Hoy, jornada de reflexión, y puesto que presumiblemente Feijoo ya habrá decidido hace muchos días a quién va a votar mañana, el presidente de la Xunta tiene todo el día para reflexionar sobre cómo enderezar el «modelo», al menos el modelo que es de su competencia. Si se ve Feijoo en la necesidad de recortar, antes de sembrar el pánico puede empezar por algo tan caro como innecesario, o precisamente carísimo por innecesario: le basta con poner la CRTVG para darse cuenta de dónde meter la tijera, o asistir a un acto protocolario (repleto siempre de cargos y altos cargos cuya misión única es esa, asistir a actos), o pasearse por el atroz monte Gaiás. O visitar un chiringuito, que, no es casualidad, por algo han sido bautizados con este nombre. O lanzar una opa a las diputaciones provinciales, símbolo anacrónico del despilfarro, para que cambie ya todo el modelo. Lo demás es discurso y grises nubarrones, situados machaconamente sobre las mismas cabezas. Pues ya solo faltaba que los gallegos se tuvieran que sentir culpables por el hecho (tan natural, y ya tan heroico) de hacerse mayores y/o, a esto nadie llega por gusto, dependientes.