La Fiscalía de Nueva York atribuye al lucense José Carlos Bergantiños hasta doce delitos. Entre estos está el de blanqueo de capitales. Los investigadores del FBI que le siguieron la pista durante mucho tiempo creen que puso en marcha una trama para «fabricar» y comercializar cuadros falsos con los que ganó unos 24 millones de euros. Le atribuyen, asimismo, una supuesta ocultación de cuentas millonarias en bancos procedentes en las que ocultaba el dinero que procedía del presunto comercio ilícito de cuadros.
El futuro procesal de Bergantiños pasa por su extradición, algo que rechazó hacer voluntariamente. La Justicia americana lo quiere para llevarlo al banquillo y acusarle de unos hechos que suponen penas máximas de hasta 114 años de cárcel. De momento, el de Parga está en su tierra, a la que presume de promocionar y apoyar. De hecho, durante algún tiempo se llevó a algunos pintores de Lugo a Nueva York para que pintaran para él.
En el entramado puesto al descubierto por el FBI también figura un hermano del marchante, Jesús Ángel Bergantiños, acusado de conspirar para lavar dinero y de fraude electrónico. Este también espera la celebración de una vista para su extradición. El tercero en la lista es un ciudadano de origen chino que era el pintor que supuestamente se encargaba de falsificar las obras de arte, haciéndolas pasar por trabajos de artistas de reconocido prestigio.