Una enfermera gallega lleva al Parlamento canadiense las trabas para homologar títulos

Olga Suárez Chamorro
olga suárez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

<span lang= es-es >Cuatro años en Vancouver</span>. Esta enfermera acudió como invitada al Parlamento de Victoria, donde reivindicó cambios legislativos tras cuatro años luchando por la homologación.
Cuatro años en Vancouver. Esta enfermera acudió como invitada al Parlamento de Victoria, donde reivindicó cambios legislativos tras cuatro años luchando por la homologación.

Denuncia los problemas que pone un país que requiere sanitarios extranjeros

11 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El objetivo de Anais Martín Caruncho de trabajar de enfermera en Canadá se ha convertido en una odisea de más de cuatro años. Tanto, que esta emigrante coruñesa se ha hecho una experta en leyes migratorias, asesora desde un blog a todos los españoles interesados a trasladarse a Canadá y el pasado 9 de abril asistió como invitada a una sesión del Parlamento de Victoria para reivindicar unos cambios legislativos que permitan facilitar el acceso laboral a profesionales de la salud en un país que «se promociona en el exterior como un lugar lleno de oportunidades pero donde en realidad hay mucha trama».

Después de graduarse en A Coruña y trabajar en París y Mallorca, su carrera profesional se truncó en el 2014, cuando decidió trasladarse a Vancouver para estar con su marido. A pesar de ser un país que reclama profesionales del sector sanitario de otros países, «para poder ejercer la enfermería con una titulación extranjera hay que pasar un proceso de homologación muy tedioso que supone mucho dinero y mucho tiempo». Pero además, Anais se queja de que las instituciones educativas se aprovechan de los extranjeros porque para lograr dicha homologación «te obligan a hacer cursos costosos en sus propios centros».

Gastos de examen cubiertos

El pasado mes, la Asamblea Provincial de Victoria, donde asisten todos los miembros del Gobierno de British Columbia, escuchó las reivindicaciones de seis enfermeras procedentes de varios países (filipinas y británicas, además de la coruñesa).

Una semana después, el Gobierno decidió volver a cubrir los gastos del examen al que se deben presentar para oficializar su título; el coste ascendía a 2.700 dólares canadienses, y ahora se reduce a los 100 que cuesta el registro a la prueba. «Pedimos un sistema más transparente y realista, pero no solo para profesionales de la salud, porque problemas como el nuestro también lo tienen otros sectores como los ingenieros o arquitectos, que se ven obligados a registrarse en los colegios y conseguirlo supone muchos años y muchos dólares gastados». Estos impedimentos contrastan con el interés mostrado por algunas empresas de allí para atraer trabajadores de aquí. Hace varias semanas, una canadiense dio charlas en varias escuelas de Enfermería españolas para animar a los recién titulados a trabajar, y ofreciéndoles además los trámites de inmigración y validación de títulos por 6.000 euros. «Lo que no explican es que el proceso dura años, que el dinero no incluye el registro obligatorio en los colegios y que tampoco garantiza el aprobado del examen», denuncia Anais.

¿Por qué un país que necesita trabajadores extranjeros pone tantos impedimentos para regularizarlos? Anais ha comprobado que en los últimos tres años se ha incrementado notablemente el número de españoles que emigra a Canadá, después de que en el año 2011 abriera un programa de visados para jóvenes. De hecho, la mayoría de ellos conocen su blog, dondestanais.blogspot.ca, pues se ha convertido en una guía de referencia de la emigración española a este país.