Nueve mil kilómetros por amor

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

VÍTOR MEJUTO

Lidia, igual que sus dos cuñadas, viaja cada seis meses desde México a una aldea de A Lama para hacerse cargo de su suegra, que también fue emigrante

04 abr 2014 . Actualizado a las 12:47 h.

No quedan muchos habitantes en A Gaiola. En esa aldea de Seixido, en el concello pontevedrés de A Lama, hay 36 vecinos. Por eso no se atisba mucho movimiento en las calles del pueblo. Asomada al balcón de una de las viviendas hay una mujer. Es Lidia Domínguez. Son poco más de las dos de la tarde y ella saluda desde lo alto dando unas dulces «buenas tardes». La voz la delata. Lidia nació en Argentina, pero sus padres son de Avión, el concello de justo al lado. Cuando tenía únicamente 5 meses fue con ellos para México.

En el Distrito Federal a Lidia se le fue forjando el acento. Fue hace ya tiempo, el que le ha permitido crecer, casarse en México con un gallego de A Gaiola, Isolino Montes Portela; ser madre, y no hace mucho convertirse también en abuela.

Ahora viaja al pueblo de su esposo desde la localidad norteamericana de Texcoco, donde vive, cada medio año. Lo hace para cuidar a la madre de su marido, Elvira Portela Justo, porque «no nos gustaría que tuviera que ir a un centro para mayores», dice.

Y se turna con otras dos cuñadas que, como ella, también viven en México. «Venimos tres meses cada una. Antes también cuidábamos a una tía de mi esposo que no se había casado y no tenía descendencia, pero hace un par de años falleció», recuerda.

Lidia regresará a México el 9 de abril, pero volverá a A Gaiola en octubre. Desde hace ocho años en Galicia vive también su hija, que nació en D.F., vino a estudiar aquí y se acabó quedando. Y desde hace más de veinte también está su madre, que tiene casa en Antas, en el concello de A Lama. «Vino para cuidar a la abuela y quedó aquí, igual que mi suegra, que también estuvo emigrada en México hace años», añade. El de Lidia y sus cuñadas es un ejemplo de que, aunque haya un océano por medio, la distancia no importa cuando se conserva un vínculo. Y dibuja también una realidad común a muchos pueblos del interior de Galicia, más allá de los que como en A Lama, O Carballiño, Beariz o Avión están fuertemente marcados por la emigración. Es la despoblación rural y el incremento de la edad de los habitantes que quedan en las aldeas.