Difunden por Facebook la identidad y la dirección de un hombre acusado de abusar de su ahijada

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

GALICIA

El señalado fue juzgado hace dos semanas, pero todavía no hay sentencia

03 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Seguro que muchos de vosotros lo conocéis u os suena la cara. Pues este elemento ha sido juzgado por pederasta». Ese texto acompaña una fotografía de un hombre que parece estar frente a la barra de un bar, recortada para que se vea claramente su cara y al mismo tiempo para eliminar a la persona que está con él y que le pasa un brazo por los hombros. La imagen y el texto circulan desde hace días por Facebook. No está claro qué usuario la subió primero, pero ya son muchos los que han compartido o comentado. Alguno incluso incorporó más información y puso la supuesta dirección de la casa en la que vive el sospechoso.

El hombre que aparece en la fotografía fue juzgado en Lugo el pasado día 19. La Fiscalía y la familia de su ahijada, que ejerció la acusación particular, lo acusan de abusar sexualmente de la niña cuando ella tenía entre 7 y 9 años y de tenencia de pornografía infantil por guardar fotos de ella desnuda. El acusado no es familiar de los padres de la pequeña, pero le propusieron ser su padrino porque en su momento tenía una buena relación con ellos.

Han pasado dos semanas del juicio y el Juzgado Penal número 2 de Lugo todavía no ha dictado sentencia, pero en Facebook muchos ya parecen haberlo condenado. Primero fue mediante enlaces colocados en cuentas personales a páginas web de los medios de comunicación que cubrieron el juicio. Entre los comentarios abundaban los insultos de todo tipo, pero no solo eso.

Algunos usuarios de esta red social que reconocieron al procesado en las imágenes de televisión grabadas en la sala decidieron divulgar su nombre completo. Otros añadieron incluso la dirección de su casa. Y finalmente, en los últimos días alguien decidió subir a Facebook la fotografía del acusado.

Antonio Cardelle es el abogado defensor del acusado. Ayer no sabía de la difusión de los datos personales de su cliente por Internet, pero le parece un disparate. «Hasta que no haya una sentencia firme que lo condene, esta persona es tan inocente como cualquiera», recuerda. E incluso si hubiese condena, advierte, la difusión de «según qué datos y con según qué intenciones podría ser perseguible penalmente».