El PP sufre el mal del portavoz

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La operación Pokémon silencia a la número 3 del PP después de ocurrirle lo mismo a su predecesor con el escándalo de las dietas del Parlamento

30 mar 2014 . Actualizado a las 08:00 h.

Los dirigentes más veteranos del PP gallego estaban muy acostumbrados a responder por ellos mismos antes de que Feijoo decidiera crear la figura del portavoz para facilitarles la tarea. Hubo quien nunca compatibilizó con ese nuevo rol, como José Luis Baltar, que en una de sus últimas apariciones por el Parlamento para informar del presupuesto de la Diputación de Ourense atajó a Rodríguez Miranda, el anterior vocero del PP, con esta frase: «Deixa Toñito, que xa me defendo eu». Al fin y al cabo quién mejor que el propio Baltar para admitir que era un cacique, pero que el PSOE y el BNG actuaban como él. Meses más tarde, a Miranda no tardaron en diagnosticarle un síndrome que ahora también parece sufrir sus sucesora, Paula Prado: el mal del portavoz del PP, tan virulento que puede dejar su cargo amortizado con poco más de un año de ejercicio.

Fue tras reconquistar la Xunta, en el 2009, cuando el PPdeG vio conveniente designar a un portavoz con capacidad para hacerse notar ante los ataques de la oposición y actuar de parapeto del Gobierno. Ya se sabe que todo golpe dirigido al portavoz es un golpe que no llega al Ejecutivo, así que se vio conveniente armar al nuevo centurión con el fuero parlamentario, que siempre da licencia para soltar alguna barbaridad sin tener que responder de ello ante un juez.

Antonio Rodríguez Miranda, antes, y Paula Prado, ahora, cumplen a la perfección con ese perfil. Ambos demostraron locuacidad y buen manejo del látigo contra la oposición, y por ello no cabe esperar que nadie en la oposición se prive de saltarle a la yugular y pedir la dimisión al más mínimo patinazo.

El primer portavoz del PP, nombrado en mayo del 2009, no tardó siquiera un año en resbalar con la pastilla de jabón al estallar el escándalo de los desplazamientos cobrados de forma irregular. Fue un episodio que apagó su fuelle como portavoz, si bien PP recompensó sus servicios nombrándolo secretario xeral da Emigración.

Paula Prado, que fue designada para el mismo cargo en enero del 2013, ya estaba un año después sufriendo del mismo mal que Miranda por motivos diferentes. En su caso son las revelaciones de la operación Pokémon las que la obligan a permanecer callada, algo muy contradictorio con la misión que le fue encomendada, que es la de hablar de todo.

Sin imputación alguna

Cierto es que Paula Prado no está imputada y que su paso por la Pokémon solo se produjo en calidad de testigo, con una declaración que está sujeta a secreto, y que por tanto limita su capacidad para defenderse. Pero los pinchazos de sus conversaciones, que en apariencia la vinculan con trato de favores y el inflado de facturas públicas, colocan a la también coordinadora de la campaña europea del PPdeG en una situación igual de delicada en la que estuvo Miranda cuando admitió haber cobrado dietas de forma irregular.

Pero es precisamente la labor de azote de la oposición ejercida por Prado, la más desenvuelta del PP en la redes socialistas, sobre todo si es para atacar a sus rivales, lo que ha provocado que, aun sin estar imputada, el BNG y AGE, aunque este último con menos intensidad, se apresuraran a pedirle la dimisión.

Todo indica que Prado no será relevada del puesto, sobre todo después de que Feijoo pidiera tiempo para conocer la totalidad del sumario. Pero a lo mejor el PP debería plantearse que su próximo portavoz lo escogiera directamente la oposición.

crónica política

«Es la labor de azote ejercida por Prado lo que llevó a la oposición a pedirle el cese»