El readmitido le echó un pulso a la actual jefa superior de la Fiscalía asturiana

La Voz

GALICIA

20 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las relaciones entre Frago y Esther Fernández se rompieron cuando el 11 de noviembre del 2011 el primero elevó una queja ante el fiscal superior de Galicia porque se consideraba discriminado en el reparto del trabajo, no tenía teléfono en su mesa y percibía «con más de un sentido» cuando alguien hacía uso del baño pues tenía la mesa al lado del aseo. Esta denuncia fue remitida a la Inspección Fiscal, en Madrid, que archivó el caso y abrió expediente a Frago.

Un mes después, el fiscal presentó una demanda en el TSXG por discriminación por razón de sexo y acoso moral en el trabajo. Tampoco se la admitieron. Y poco después lo echaron.