Frente a la reforma administrativa emprendida en el 2010 por el Gobierno gallego, que básicamente se circunscribe a eliminar o fusionar algunos entes o sociedades instrumentales, el BNG defendió ayer ante el Parlamento su propia «racionalización das institucións» recuperando una de sus reivindicaciones históricas: la abolición de las diputaciones provinciales, a lo que Francisco Jorquera, el portavoz nacionalistas, añadió también la supresión del Senado y el cierre de los ministerios, como el de Educación o Sanidad, cuyas competencias están transferidas a las comunidades.
Pero la petición del Bloque se quedó en un lamento en el desierto, debido que el PP y el PSdeG hicieron piña para defender la actual arquitectura institucional, aunque sí se sumó AGE, cuya viceportavoz, Yolanda Díaz, dijo que al PP «impórtalle un rábano a racionalización e o aforro», al coincidir con el BNG en el análisis de que lo único que se persiguen es la «recentralización» de algunas competencias en la Administración central.
Tanto el PSdeG como el PP entendieron que la propuesta nacionalista atentaba, de algún modo, contra la unidad del Estado. Y Paula Prado, portavoz popular, fue todavía más allá al ver incoherente que el BNG pida la supresión de las diputaciones y cogobierne la de Lugo o que en su programa electoral proponga convertir el Senado en una cámara territorial.